San Luis, Missouri. Un ex camionero que registró en un documental su agonizante deterioro a causa de las metanfetaminas murió optimista de que su historia aleje a otros del estimulante, altamente adictivo.
"Estaba extremadamente satisfecho, queriendo hacer más para diseminar su mensaje, mostrarle a los niños el daño que hacen las metanfetaminas. No llegamos hasta ese punto", dijo su padre, Jack Bridges, poco después de la muerte de su hijo de 35 años el lunes en un hospital de Cape Girardeau.
"El no quería que nadie pasara por lo que él pasó", añadió.
Shawn Bridges atrajo la atención del mundo el año pasado con "No More Sunsets" (No más crepúsculos), un cortometraje de 29 minutos filmado por un camarógrafo del sur de Illinois a solicitud de Bridges.
Según su familia, Bridges ya había muerto por lo menos dos veces. Su corazón estaba tan afectado por sus años de consumo de la droga (un brebaje que puede incluir químicos tóxicos como ácido de batería, limpiador de cañerías y fertilizante) que se detuvo y los médicos lograron reanimarlo.
El documental muestra a Bridges mayormente postrado en cama, en compañía de un catéter y una sonda alimentaria.
"Yo diría que tiene el cuerpo de un hombre de 34 años por fuera y de 70 u 80 por dentro", dijo su padre a la AP el pasado mayo.
Casi 28.000 personas se sometieron a tratamientos por adicción a metanfetaminas en Estados Unidos en 1993, o casi el 2% de los pacientes en rehabilitación por drogas, según la Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental federal.
Una década después, el número de admisiones relacionadas con metanfetaminas subió a casi 136.000, más de 5% del total.
Familiares han dicho que Bridges había estado acechado por la muerte desde 1976, cuando su hermano menor Jason, de un año, murió en un accidente automovilístico.
Bridges tenía entonces 4 años y estaba lejos del lugar del accidente. Sin embargo, se sintió culpable y dijo querer estar en el lugar de su hermano, relató su padre.
"A los 16 años, el chico había abandonado la escuela y se la pasaba en una sola fiesta", añadió.
A los 26, tuvo un ataque al corazón que su padre atribuyó a las metanfetaminas. Tras enterarse que padecía una deficiencia cardiaca intentó suicidarse dos veces, según miembros de su familia.
Durante sus últimos meses en cama, sus palabras pasaron a ser sonidos guturales cuando trataba de hablar. De momentos vomitaba sangre y su peso bajó a niveles peligrosos cuando ya no pudo tragar más. Poco antes de morir contrajo una infección urinaria.
"No creo que la gente olvide qué lo llevó hasta ese punto", dijo Chip Rossetti, quien filmó el documental. "Pero lo que hizo en su condición es realmente impresionante".
Rossetti dijo que se han vendido entre 500 y 600 copias de la cinta, en lugares tan remotos como Australia. El lunes declaró que planea rodar una segunda parte que incluya el último año de Bridge y testimonios de personas afectadas por su testimonio.
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