lunes, junio 30, 2008

Es más fácil enseñar rutinas adecuadas de vida que establecer dietas para bajar de peso

Las molestias que puede presentar un niño con sobrepeso son similares a las que padecen los adultos mayores: hipertensión, problemas de colesterol, triglicéridos, dolor de espalda, rodillas, depresión, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso cirrosis hepática.

El niño rollizo y cachetón que todos consienten porque les parece ‘divino’ o le sirven un gran plato de comida, para que ‘se alimente bien y no se enferme’, no es más que un pequeño que puede sufrir de una serie de afecciones que alterarán el curso normal de su infancia. Además, es un adulto enfermo en potencia. Hace algunos años, José Fernando Vera, presidente del Colegio Colombiano de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, descubrió en sus pequeños pacientes con sobrepeso u obesidad que el hígado se afectaba de tal manera, que había desencadenado cirrosis hepática, por supuesto, sin haber tomado un solo trago (principal causante de la enfermedad).

Padres gordos...
Un estudio publicado hace algunos años por la revista científica British Medical Journal reveló que un gran porcentaje de los padres no se percata del problema de sobrepeso de sus hijos, por autoengaño o falta de sensibilidad.
Las rutinas alimentarias y de ejercicio en los adultos ayudan a formar hábitos en sus hijos.
Por eso, el primer paso para lograr que un pequeño con sobrepeso u obesidad logre reducir medidas es la comprensión y el amor de su familia. Los expertos no recomiendan ser agresivos, ni molestarlo constantemente con frases desobligantes que lastimen su autoestima, porque podrían ser los futuros adolescentes con problemas de desequilibrio alimentario.
En el segundo paso está involucrada la familia. “No se le puede recomendar al niño que no tome gaseosas, si su padre lo hace y además, en frente de él”, recomienda el gastroenterólogo pediatra.
El tercer paso es visitar al médico, quien señalará las rutinas alimentarias y de ejercicio que deben convertirse en hábitos para toda la vida.

Agua y ejercicio, la clave
La pirámide alimentaria ha cambiado. Dadas las condiciones actuales de sedentarismo, en la base, como elementos indispensables, se encuentran el consumo diario de agua y una rutina de ejercicios, de por los menos 30 minutos diarios. La idea es que se gasten más calorías de las que se consumen a diario.

Las siguientes recomendaciones, creadas por el Instituto de Cardiología de la Fundación Cardioinfantil, buscan mejorar los hábitos alimentarios. No olvide que la asesoría de un médico para que el niño baje de peso es esencial.

Bebidas
Los Yogures deben estar en la dieta.
Son mejores los jugos naturales sin adición de dulce.
Las gaseosas deben ser elimitadas.

En la mesa

Son necesarios los horarios para las comidas, que deben ser compartidos en familia.
No hay éxito sin buen ejemplo.
Repetir porciones no ayuda.
Las raciones deben ser moderadas.
Las salsas se deben evitar.
Los colores de las comidas deben combinarse para llamar la atención de los niños.
Las frutas pueden ser el esenciales.
Se sirven primero las verduras, luego la proteína y luego los carbohidratos.

En la lonchera
Pueden incluirse yogur.
Es indispensable brindar frutas.

En la cocina
Para cocinar los alimentos, emplee métodos que garantizan menos grasa: asado, a la parrilla, al horno. No se recomienda fritar los alimentos, ni siquiera con aceites vegetales.
Consuma frutas diariamente y vegetales frescos.
Puede consumir huevo, pero no más de cuatro yemas a la semana.

Por Edna Juliana Rojas H.
Redactora ABC del bebé

La OMC quiere recuperar el lado humanista del médico

Incidiendo en los ámbitos universitario, investigador y de asistencia sanitaria

Texto: Óscar López Alba. Fotografías: Miguel Ángel Escobar. Madrid

“Los avances técnicos y la burocracia están alejando al médico del paciente y es imprescindible revertir esta situación”. Son palabras del presidente del Consejo General de Colegios de Médicos, Isacio Siguero, que sirven de prólogo a Los valores de la Medicina, una guía coordinada por Marcos Gómez Sancho, miembro de la Comisión Deontológica de la Organización Médica Colegial (OMC), y en cuya redacción también ha participado el presidente de esta Comisión, Rogelio Altisent, entre otros especialistas.

“Nuestra profesión está en constante revisión, y a pesar de las acusaciones de corporativismo que nos llegan desde fuera, lo cierto es que generamos mucha autocrítica. Por eso sabemos que hay que mejorar cosas y por eso la propia profesión es la que aporta este documento”, reflexionó el secretario general del Consejo, Juan José Rodríguez Sendín, durante la presentación de un texto que, en palabras de Rogelio Altisent, pretende “promover actitudes éticas entre los profesionales y lanzar un mensaje a las nuevas generaciones de médicos”.

De esta forma, el documento incide en los valores de la Medicina en los ámbitos universitario, investigador y en la asistencia sanitaria. En este último apartado, aboga por recuperar la dimensión humanista de la relación médico-paciente, a la que define como un elemento decisivo en la calidad asistencial, y por asumir la responsabilidad compartida entre el facultativo y la sociedad para frenar el consumismo sanitario y para difundir hábitos de vida saludables. Asimismo, los expertos que han elaborado esta guía piden a las administraciones que no se ofrezcan servicios sanitarios sin la debida dotación de medios humanos y materiales, ya que, según indicó Altisent, frustra tanto al profesional como al paciente, y deteriora su relación.

Cuidados paliativos

“Estamos acostumbrados a pensar en la actividad médica desde la perspectiva curativa y en estas últimas décadas hemos visto que el protagonismo de la prevención y de los cuidados paliativos se pone al mismo nivel que la curación”, dijo Altisent. En este sentido, Marcos Gómez Sancho, profesor de la Universidad de Las Palmas, recordó que “con la superespecialización se está olvidando la atención global al enfermo, la dimensión humana ante el sufrimiento. Cada vez hay más demanda de medicina paliativa, y hay que incorporarla a la universidad, porque cada vez hay más pacientes con enfermedades crónicas”.

En este punto, Gómez Sancho manifestó la necesidad de que el estudiante de Medicina concluya su licenciatura con un grado de madurez mayor que le permita sopesar el significado que salud y enfermedad tienen para el individuo, y apuntó que hay que realizar un esfuerzo docente para introducir en los estudios las ciencias sociales y las humanidades de una forma trasversal, algo que corroboró José María Peinado, ex presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, quien también asistió a la presentación de la guía. Por último, Rogelio Altisent argumentó que un diálogo más fluido entre el médico y el paciente contribuiría a rebajar el nivel de judicialización de la práctica médica. “Nos preocupa la judicialización de la Medicina porque es la antesala de la práctica defensiva, que puede llevarnos a que el paciente deje de ser el protagonista y pase a serlo una actuación siempre condicionada por las denuncias”.


Dicen que el 75% de los cánceres se pueden prevenir

Elmer Huerta, el médico peruano que preside la American Cancer Society de EEUU, asegura que la clave para enfrentar el cáncer es “trabajar sobre los factores de riesgo”: tabaquismo, mala alimentación, sedentarismo y agentes infecciosos.


Por Paola Bruno - Foto: Gentileza American Cancer Society

Él le quita dramatismo al tema, lo acerca a la vida cotidiana y repite convencido que la clave está en la educación. Asegura que “cáncer” no es una mala palabra, que hay que animarse a pronunciarla, entenderla y no tenerle miedo. “El 75 por ciento de los cánceres que matan a la gente son prevenibles”, dice sin temor a equivocarse Elmer Huerta, presidente de la American Cancer Society (Sociedad Americana del Cáncer de Estados Unidos).

El oncólogo llega a la población latinoamericana -a través de un espacio semanal en CNN en Español- con un mensaje claro: “El cáncer tiene un futuro brillante, ya que es una enfermedad que en la mayoría de los casos puede prevenirse y tratarse exitosamente” (sic).

Los cánceres de pulmón, boca y garganta, mama, piel, colorrectal y cérvico-uterino pueden prevenirse modificando los factores de riesgo que están presente en la vida de todos los días. Así lo explicó el médico, que estuvo en Buenos Aires dictando cursos de capacitación.

Huerta es peruano y se transformó en el primer latinoamericano en 95 años en conducir la American Cancer Society, con sede en Estados Unidos.

“Un día me di cuenta de que la gente en Perú sabía más de telenovelas que del cuidado de su salud, entonces me dediqué a informar y educar a la población”, enfatizó el profesional, que desde 1987 vive en el país del Norte; allí realizó una maestría en Salud Pública en la Universidad de Johns Hopkins y una especialización en Prevención y Control del Cáncer en los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.

- ¿Cómo se previene el cáncer?

- Las personas tienen que saber que el consumo de tabaco es la principal causa de cáncer que se puede prevenir, representa 30 por ciento de las muertes por esta enfermedad en los países desarrollados.

- Además del cáncer de pulmón, ¿qué otros tipos produce el tabaco?

- Boca y garganta, laringe, y es la causa principal de los cánceres de vejiga y páncreas.

- Con la actual epidemia de obesidad que hay en las Américas, ¿qué función específica cumple la alimentación en la prevención?

- Los factores alimentarios por sí solos representan aproximadamente 30 por ciento de todos los casos de cáncer en los países desarrollados y hasta 20 por ciento en los países en desarrollo. Por eso, para reducir los riesgos de tener cáncer recomendamos: dejar de fumar, mantener un peso saludable durante toda la vida, adoptar un estilo de vida físicamente activo, consumir una dieta rica en alimentos de origen vegetal y limitar el consumo de alcohol.

- Entonces, una dieta no saludable durante muchos años, ¿qué puede generar en el cuerpo?

- Se puede decir que dietas altas en grasas saturadas y bajas en frutas y en verduras incrementan el riesgo de los cánceres de mama, del colon, de la próstata y del esófago.

- ¿Qué sucede con los agentes infecciosos?

- Son los responsables de 18 por ciento de los cánceres a nivel mundial. Por ejemplo, el virus del papiloma humano que tiene dos cepas que pueden producir cáncer cérvico-uterino, se puede prevenir usando profiláctico y, también, teniendo una pareja estable.

- ¿Qué desencadenan en el organismo la luz solar y la inactividad física?

- La radiación UV en exceso y en horarios claves causan varios tipos de cánceres de piel. Mientras que un modo de vida sedentario aumenta el riesgo de cáncer de colon, que también está relacionado con la alimentación.

- ¿Cuáles son los cánceres que no se pueden prevenir?

- Los factores de riesgos que ya hemos mencionado no influyen en los cánceres, por ejemplo, de cerebro, riñones, ovarios, leucemias y linfomas.

Más vale prevenir

En los años cincuenta, una de cada cuatro personas iba a desarrollar cáncer. Hoy, una de cada dos personas tiene esa posibilidad. “Aquí vemos la importancia que tiene la prevención, y en ese sentido América Latina es una fábrica de cáncer. Por ejemplo, de cada cien casos de cáncer de cuello de útero, 70 por ciento llega por primera vez al médico en estado grave, es decir, no hay prevención”, graficó Huerta.

Las débiles políticas públicas de salud en la región continúan poniendo en peligro a la comunidad. “No se cuenta con controles serios en América Latina. ¿Cuántos países se preocupan porque sus mujeres se hagan el examen citológico (PAP y colposcopía) y así detectar rápidamente una lesión y tratarla? Muy pocos”, recalcó el presidente de la American Cancer Society.

“Tampoco nadie analiza en profundidad -completó el médico- que 90 por ciento de los jóvenes adictos al tabaco en la región se inicia a los 18 años, situación que implica enormes posibilidades de tener la patología en la vida adulta”.