lunes, noviembre 19, 2007

Derrames y trombosis cerebrales se previenen desde la juventud

Cuando las arterias que llevan la sangre al cerebro se tapan (trombosis) o se rompen (hemorragias o derrames), se está ante un ataque cerebrovascular (ACV).

La Asociación Colombiana de Neurología estima que cada año ocurren cerca de 270.000 de estos casos, que se clasifican en isquemias u obstrucciones (que constituyen el 80 por ciento) y hemorragias (el 20 por ciento de los casos).

Estas enfermedades son la tercera causa de muerte y una de las principales de discapacidad en el país. Por su severidad y las consecuencias que trae a quienes los sufren, cada día son más las estrategias orientadas a prevenirlas, controlando los factores de riesgo:

Edad

El número de casos de ACV se dispara a partir de los 60 años, lo que no quiere decir que no se presenten en personas más jóvenes, por causas distintas. Cada vez son más los afectados, debido a que se está incrementando la expectativa de vida. Datos del Censo del 2005 indican que en el país ya hay 3 millones 800 mil personas con 60 años y más.

Recomendación: la consigna es llegar a la tercera edad lo más sanos posible. Ese estado se construye durante toda la vida, con la adopción de estilos de vida saludables.

Hipertensión arterial

Se estima que entre 4 y 6 de cada diez ACV ocurren en hipertensos. Esta puede causar, de manera progresiva, lesiones directas sobre los pequeños vasos del cerebro (lipohialinosis) o acelerar la generación de placas ateroescleróticas, lo que daña los vasos más grandes. Es una enfermedad silenciosa, a tal punto que menos de la mitad de los hipertensos saben que lo son. Entre quienes sí lo saben, menos del 25 por ciento recibe el tratamiento adecuado.

Recomendación: vigilar los niveles de tensión arterial. Si exceden los 140 sobre 90, el paciente debe seguir rigurosamente el tratamiento para controlarla. Este valor no debe rebasarse, a ninguna edad.

Diabetes mellitus

Entre 3 y 5 de cada diez víctimas de ACV tienen diabetes. Esta enfermedad incapacita al cuerpo para metabolizar y usar de manera eficaz los carbohidratos, las proteínas y las grasas. En el organismo los alimentos se convierten en glucosa, que es usada por las células para funcionar y obtener energía. La glucosa no puede penetrar en ellas sin la hormona insulina (que se produce en el páncreas). Los receptores de insulina de las células en los diabéticos no funcionan, así que la glucosa no entra. El exceso de este compuesto genera lesiones en las estructuras de los vasos.

Recomendación: controlar los factores que conllevan el desarrollo de diabetes (entre ellos el sobrepeso, la mala dieta y el sedentarismo). Si ya se es diabético, la enfermedad debe mantenerse bajo control.

Sobrepeso y obesidad

Ambas condiciones están muy relacionadas con diabetes y alteración en el metabolismo de los lípidos. Se sabe que el exceso de colesterol es captado por células, hasta formar placas ateroescleróticas que, con el tiempo, pueden romperse y generar trombosis. Estas pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo.

Recomendación: evitar los kilos de más, lo cual se logra con una dieta balanceada y ejercicio regular en condiciones aeróbicas. Para saber si se está obeso o con sobrepeso, es necesario calcular el Índice de Masa Corporal.

Cómo hacer bien el ejercicio y calcular el IMC

De acuerdo con los expertos, el ejercicio que realmente le sirve a la salud es aquel que se hace en condiciones aeróbicas, por tiempo definido y varias veces a la semana. Para eso es necesario controlar la frecuencia cardiaca, durante la actividad: a 220 réstele su edad y multiplique el resultado por 0,75. El número que da son las pulsaciones a las que su corazón debe latir por minuto, mínimo durante media hora, por lo menos tres veces a la semana.

Por ejemplo: si tiene 30 años: 220 menos 30 da 190. Ahora multiplique: 190 por 0,75. El resultado es 142. Durante media hora mantenga el corazón a ese ritmo.

¿Y el IMC?

Para obtenerlo debe dividirse el peso de la persona en kilogramos sobre la altura en metros al cuadrado. Por ejemplo, si una persona pesa 100 kilos y mide 1,58 metros, el IMC es 40,06, lo cual resulta de dividir 100 entre el cuadrado de 1,58. Según la clasificación de sobrepeso y obesidad de la OMS, esta persona padece obesidad mórbida (extrema).

De acuerdo con el resultado, la persona tendrá: rango normal, de 18,5 a 24,99; sobrepeso, de 25 a 29,99; obesidad, de 30 a 39,99, y obesidad mórbida, de 40 y más.

TAMBIÉN PUEDE CALCULARLO EN LA WEB: www.portalfitness.com/nutricion/peso_ideal.htm

ASESORÍA: GERMÁN ENRIQUE PÉREZ, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE NEUROLOGÍA, PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL.

SONIA PERILLA S.
REDACTORA DE EL TIEMPO

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