sábado, enero 19, 2008

Estudiando el Sida

Una nación engañada
Informe sobre el SIDA (1993)
Por el Dr. S. Monteith

Gran parte de lo que se ha dicho acerca de la epidemia del SIDA está basado en verdades a medias, informes errados y un claro engaño.

En los próximos años, el número de personas que morirá de SIDA será muy superior al número de personas que perecieron en todas las guerras de EE.UU, desde su Guerra Civil. Actualmente el número de norteamericanos que muere de SIDA anualmente supera al número de los que murieron durante los diez años de la guerra de Vietnam1. A continuación se exponen las nociones erróneas más comunes que se han divulgado sobre esta epidemia.

1) El virus del SIDA es muy frágil y muere casi inmediatamente después de estar en contacto con el aire.

2) Al virus del SIDA se le mata fácilmente con desinfectantes caseros.

3) El SIDA se transmite únicamente mediante contacto sexual, el uso de drogas por vía intravenosa y por el embarazo, de la madre al hijo.

4) No existe peligro alguno de contagio accidental.

5) Las estadísticas actuales muestran que son principalmente los homosexuales y los usuarios de drogas por vía intravenosa quienes lo contraen; por lo tanto, el público en general no tiene motivo para preocuparse.

6) El SIDA no se contagia por el beso.

7) No existe contagio por la saliva.

8) El uso de espermicidas como el nonoxinol-9, junto con el condón, disminuye el riesgo en las relaciones fortuitas.

9) Ninguna publicación norteamericana ha referido ningún caso de contagio del virus de immunodeficiencia humana (VIH) durante las actividades deportivas.

10) El SIDA no puede de ninguna manera contraerse por una picadura de mosquito u otros insectos.

11) No hay peligro de que el VIH se transmita por vía respiratoria.

12) Aparentemente la epidemia está disminuyendo.

Todas las afirmaciones anteriores son incorrectas. Sin embargo, como los medios de comunicación las repiten frecuentemente, la gente se lo cree.

El filósofo William James dijo: que "No hay nada por tonto que sea, que si se repite a menudo, no llegue a aceptarse como verdad".

El Dr. Goebels, Ministro de Propaganda del Tercer Reich, dijo: "Si una mentira se repite con frecuencia, se la creerá".

Daniel Webster dijo: "No hay nada tan poderoso como la verdad y, muchas veces, nada más extraño".

Trágicamente, nadie le ha dicho al pueblo norteamericano la verdad acerca del SIDA; ni tampoco sabe que los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC - Centers for Disease Control), se han negado rotundamente a llevar un control de la propagación de la epidemia y a usar las técnicas de salubridad comúnmente aceptadas para erradicar la epidemia. Los CDC vigilan solamente el SIDA, que es la etapa final, pero no los casos de contagio del VIH, o sea, la verdadera epidemia.

Ya que el gobierno no le está protegiendo, debe estar muy bien enfermado sobre la verdad del SIDA, para protegerse a sí mismo y a su familia.

1) El virus del SIDA es muy frágil y muere poco después de ponerse en contacto con el aire.

De todos los virus conocidos, el del SIDA es uno de los más resistentes. De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Pasteur de París, publicado en "The Lancet", una revista médica inglesa muy respetada: "El LAV-HLTLV III tiene una estabilidad poco común a la temperatura ambiente". Se le conservó en tubos sellados, en forma húmeda y en forma seca, en una placa Petri. El estudio muestra "la estabilidad poco común del LAV-HTLV a la temperatura ambiente. No se notó casi ninguna diferencia entre el segundo y cuarto día del primero, y solamente se notó una pequeña disminución de su capacidad infecciosa --demora en la multiplicación del virus, lo que indica una pequeña pérdida de partículas infecciosas-- después de haber permanecido 7 días a la temperatura ambiente".2

En el caso del virus seco conservado a la temperatura ambiente durante 4 y 7 días, una cantidad significativa de partículas quedó inactiva, pero todavía el virus mantenía su capacidad infecciosa al décimo día. El estudio concluye que: "Los resultados indican que el virus es resistente a la temperatura ambiente en forma seca o líquida... esta resistencia del LAV a la temperatura ambiente, puede explicar que surgieran algunos casos de SIDA en `grupos sin riesgo'... Más aún, en los laboratorios, los hospitales y las consultas de los dentistas deben de tomarse mayores precauciones".

2) El VIH se destruye fácilmente con desinfectantes.

Durante años se les dijo a los médicos que el virus se destruía con alcohol a pesar de que los estudios científicos han demostrado lo contrario. Desde hace varios años, los CDC han recomendado una solución de 1:10 de lejía para destruir el virus. Pero, lamentablemente, así como el alcohol no mata el virus esa solución no es tampoco la adecuada. La solución de lejía debe ser de 1:15 para que sea eficaz. El mismo resultado se obtiene cuando se mete el virus en una preparación de Lysol por dos minutos o más.

3) El SIDA se transmite únicamente mediante contacto sexual, el uso de drogas y por el embarazo, de la madre al hijo.

Aunque en la mayoría de los casos el contagio ocurrió por contacto sexual o sanguíneo, los médicos también saben que podría haber contagio si cayera sangre o alguna secreción del cuerpo sobre la piel intacta.3

Varias personas que prestan servicios de salud han quedado contagiadas al pincharse con una aguja, e incluso algunas, al caerles sangre sobre la piel intacta.

No se sabe cómo, el Dr. Acer, un dentista de la Florida, contagió a cinco de sus pacientes, según informes de los CDC. Se ha dado al menos un caso de un dentista que contrajo el virus de uno de sus pacientes y de veinte médicos que se han contagiado al pincharse con agujas, o al caerles sangre o alguna secreción sobre la piel. Los Centros nunca han publicado nada sobre la mayoría de estos casos, porque no es obligatorio dar parte de los casos de contagio del VIH (causa de la epidemia), sólo de los casos de SIDA (en estadío avanzado de la enfermedad).

Puesto que no se lleva ningún tipo de control de la epidemia (la del VIH), los funcionarios del gobierno pueden decir que no hay motivo de preocupación. El gobierno ha hecho lo que el avestruz, porque jamás ha exigido que se dé dar parte de los casos de contagio del VIH ni a los funcionarios de salud pública ni a los CDC como es requisito hacer con los casos de sífilis, gonorrea, hepatitis B y otras 55 enfermedades infecciosas.

4) No existe peligro alguno de contagio accidental.

Si así fuese, ¿por qué razón los CDC han informado que en el 3% de los casos, les es imposible determinar cuál fue la causa del contagio? Cuando se insistió en preguntarles, los funcionarios de los CDC admitieron que en el 5% de los casos la causa es desconocida. Eso significa que si hoy hay un millón de personas contagiadas en los Estados Unidos, cinco mil de esos casos carecen de causa identificable.4

Un artículo que apareció en la revista People, (3 de noviembre de 1992), indica que los CDC han reconocido que hay 85 niños contagiados, ninguno de los cuales tiene factor de riesgo identificable. O sea, los CDC desconocen cómo esos niños contrajeron la enfermedad, que a la larga les quitará la vida. A fin de asegurarle al público que no hay por qué preocuparse, el gobierno se ha dado a la tarea de reclasificar esos casos.5

Un estudio realizado por los CDC sobre el personal de cuidados de la salud, revela que varios empleados de lavandería, limpieza, e incluso otros que no tuvieron contacto directo con los pacientes en los hospitales, contrajeron la enfermedad. En los Estados Unidos hay cientos de personas que han contraído la enfermedad, sin que haya habido un factor de riesgo conocido. Desafortunadamente, tanto los funcionarios de salud pública como los medios de comunicación restan importancia a la extensión de los casos de contagio inexplicables, por temor a que el público exija que se usen las técnicas de salud pública acostumbradas para proteger el bienestar de los ciudadanos.6

5) Las estadísticas actuales muestran que son principalmente los homosexuales y los usuarios de drogas por vía intravenosa quienes lo contraen; por lo tanto, el público en general no tiene motivo para preocuparse.

La verdadera epidemia no es la del SIDA, sino la de la enfermedad producida por el virus llamado VIH que es una infección crónica por un retrovirus que se contagia por medio de las relaciones sexuales, la sangre o los productos sanguíneos, y también por otros medios que el gobierno quiere que se desconozcan.

A partir del momento en que una persona queda infectada por el virus, hasta que llega al estado final de la enfermedad (llamado SIDA), transcurren, generalmente, unos diez años. Quiere decir que, durante los diez años que transcurren entre el instante en que la persona se contagia hasta que el sistema inmunológico comienza a destruirse, la persona está infectada y puede infectar a los demás.

Sin embargo, el gobierno nunca publica las estadísticas de contagios del VIH para el público en general, porque en los CDC no se lleva un control de la epidemia. Sólo dan parte de las estadísticas del SIDA, o sea, de la enfermedad en su etapa final. Por lo tanto, cuando el gobierno publica un informe con estadísticas sobre SIDA, está, en realidad, publicando lo que ocurrió hace diez años. Nadie ha informado que la epidemia se ha ido extendiendo rápidamente entre la población heterosexual y entre la juventud de nuestra nación; nadie ha dicho que millones de ciudadanos ya se han contagiado y van a morir. ¿Por qué? Porque no es necesario notificar los casos de contagio del VIH y, así, en la mayoría de los Estados donde la epidemia se ha extendido aceleradamente no existen estadísticas acerca de su alcance ni del grado de contagio de la infección. Por lo tanto, los CDC pueden concluir que no hay de qué preocuparse.

Cualquiera que diga que la enfermedad se va extendiendo rápidamente entre la población heterosexual es atacado por los altos funcionarios del gobierno. Esto le sucedió a los doctores Masters y Johnson en 1988, cuando publicaron su libro "Crisis", donde revelan que en Chicago, Los Angeles y Nueva York, entre los heterosexuales promiscuos, (los que tienen cinco compañeros sexuales o más al año), el 5% de los hombres y el 7% de las mujeres se había contagiado. De las mujeres de Nueva York que tuvieron 12 compañeros sexuales o más al año, el 14% ya se había contagiado antes de 1988. Esas estadísticas indican lo que pasó en los Estados Unidos hace cinco años. Hoy en día, la extensión de la infección es mucho más alta, pero, puesto que el Gobierno se ha negado a llevar el debido control de la epidemia, no existen estadísticas correctas para mantener informada a la población.

Las únicas estadísticas que existen sobre el alcance de la propagación de la infección en el país, se han publicado gracias al "CDC Sentinel Hospital Study". Este estudio abarcó 20 hospitales de distintos Estados. Se tomaron muestras de sangre, anónimamente, a todos los pacientes entre septiembre de 1989 y octubre de 1991, para determinar la magnitud de la extensión de la enfermedad dentro de los Estados Unidos.

El informe, publicado en el New England Journal of Medicine en agosto de 1992, muestra que el 4.7% de los pacientes ingresados en los 20 hospitales donde se realizó el estudio, ya habían contraído el VIH e iban a morir. Sin embargo, todos los exámenes se hicieron anónimamente, de modo que se hacía imposible notificar a los que estaban infectados para iniciar el tratamiento; consiguientemente, la epidemia continuó propagándose. ¿Es esto una locura, incompetencia o algo mucho más siniestro? 7

6) El SIDA se contagia por el beso.

La verdad es que, probablemente, nadie se contagiará por un beso en la mejilla o en la frente. Sin embargo, un beso profundo y apasionado, tan común entre los jóvenes promiscuos de hoy, puede ciertamente propagar el virus. ¿Cómo se sabe?

1) El virus está presente en la saliva (Science, febrero 5 de 1988, Vol. 239, página 615, J. Curran et al).

2) Según un artículo publicado en The Lancet del 22 de diciembre de 1984, se han dado casos de contagio del virus a través del beso. (Groopman et al.)

3) The Lancet también dió parte del caso de un niño que contagió a su hermano por una mordida ( The Lancet 20 de septiembre de 1986).

4) Los homosexuales que practicaron sólo el coito lingual contrajeron la enfermedad (The Lancet, 6-18-88). Es obvio que el virus se contagió por la saliva.

5) Muestras de saliva analizadas después de un beso profundo y apasionado, revelaron que el 91% contenía hematíes, y no cabe duda de que la sangre es uno de los medios de transmisión del virus. (Revista de la Asociación Médica Norteamericana 1/13/89, Vol. 261, pág. 244.)

6) En una entrevista titulada "¿Hay otras maneras de transmitir el SIDA?", que puede obtenerse a través del Programa de John Ankerberg, el Dr. William Roper, director de los CDC, confirmó que en opinión de esta entidad, la infección puede transmitirse por un beso profundo y apasionado. El costo de la video cinta es de $39.00 y puede pedirse al (615) 892-7722.

7) No existe contagio por la saliva.

Nada más lejos de la verdad. La Dirección General de Salud y Seguridad Profesional (OSHA) ha declarado que la saliva ofrece peligro y, actualmente, exige a los dentistas y al personal de las consultas dentales llevar máscaras, protectores faciales, guantes y batas por el peligro que existe de que el VIH se transmita por medio de la saliva. Sin embargo, al público se le dice que el peligro de contagio por la saliva existe solamente en la consulta del dentista y que no hay porqué temer ningún contagio por saliva fuera de la consulta del dentista. Deberíamos preguntar por qué la saliva es tan peligrosa dentro de la consulta y no fuera de ella.

8) El uso de espermicidas como el nonoxinol-9, juntamente con el condón, disminuye el riesgo en las relaciones sexuales fortuitas.

La tragedia es que ya se ha comprobado científicamente que el nonoxinol-9 aumenta el riesgo de contagio del VIH y es precisamente eso lo que se recomienda a los jóvenes que usen en todas las escuelas del país. Un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica Norteamericana (07/22-29/92, vol. 268, No. 4, pág. 477), muestra que el nonoxinol-9 produce un aumento de ulceración de la vagina. En Kenya se realizó un estudio con la participación de varias prostitutas. A un grupo se le dio nonoxinol-9 y preservativos, y al otro, preservativos solamente; el resultado fue que el 45% de las mujeres que usaron ambos, el espermicida y los preservativos, se contagiaron, pero de las mujeres que usaron sólo el preservativo solamente el 36% se contagió. Luego, el estudio demostró definitivamente que el nonoxinol-9 aumenta la frecuencia del contagio del VIH. Estos datos se dieron a conocer en la conferencia de Montreal en 1989, pero, trágicamente los grupos de activistas que luchan a favor de las cuestiones relacionadas con el SIDA, han difundido intencionalmente datos falsos en todo el país, poniendo en peligro la vida de nuestros niños.

9) Ninguna publicación norteamericana ha referido ningún caso de contagio del VIH durante las actividades deportivas.

Esta es una verdad a medias, porque, aunque tales informes rara vez aparecen en las publicaciones norteamericanas, algunas publicaciones extranjeras sí los han publicado. La revista médica británica The Lancet (5/5/90, pág. 1105) publicó un artículo que relata cómo se contagió durante un juego de fútbol un chico de 25 años al chocar contra otro jugador que era drogadicto y había contraído el VIH. El jugador sano poco antes se había hecho análisis, que resultaron negativos, y al repetirlos poco tiempo después de chocar con el otro jugador y de que le cayera encima su sangre resultaron positivos. También se han dado casos de personas que al salpicarse de sangre, durante una pelea quedaron contagiadas. En otros casos bastó un simple contacto con la sangre. (Revista de la Asociación Médica Norteamericana, 6/9/89, pág. 328). Se sabe que la célula de Langerhans que se aloja en los tejidos subcutáneos de la piel, en las membranas mucosas de la vagina, de la boca y de los bronquios, es la propagadora primordial del VIH. Esto quedó demostrado por el Dr. L.R. Braathen, y se publicó en The Lancet, del 7 de noviembre de 1987, página 1094. Es así como las personas que prestan servicios de salud, y otras personas, se han contagiado a través de la piel intacta. (MMWR, mayo 22 de 1987; 36: 285-89. El MMWR es una publicación de los CDC para el Control de las Enfermedades.

10) El SIDA no puede de ninguna manera contraerse por una picadura de mosquito u otro insectos.

Al público norteamericano se le ha repetido esta mentira una y otra vez, en un esfuerzo por evitar la histeria colectiva e impedir que el público exija que los funcionarios de salud pública comiencen a tomar medidas reales para controlar la epidemia.

Si Ud. hubiera escrito a los CDC solicitando información sobre la posible transmisión del VIH por medio de los insectos, en ejercicio del derecho que le confiera la Ley de Libertad de Información, habría recibido una publicación de la Oficina de Investigación Tecnológica del Congreso de los Estados Unidos titulada, "¿Pueden los insectos transmitir el SIDA?" (Septiembre de 1987.) Ese folleto hace constar que existen pruebas suficientes que sugieren que los mosquitos y otros insectos pueden ser transmisores del virus; y aunque no constituyen un peligro grande, teóricamente, pueden propagarla. El gobierno, que ha tratado trata de ocultar que ha mentido al público, sencillamente ha impedido su distribución, pero por un módico precio, pueden obtenerse copias a través de mi consultorio. Este mismo folleto reconoce que es sabido que los insectos son transmisores de varios virus, y que no hay motivo para dudar que el mosquito o la picadura de algún otro insecto en ciertas circunstancias transmita el VIH, pues ello dependerá de la cantidad de personas contagiadas y del número de mosquitos e insectos que haya en una zona dada. Se ha calculado que una picadura de mosquito en diez millones y una de cada 1,143 a 4,082 picadas de chinches de cada 1,143 a 4,082 pueden transmitir el virus (páginas 31 y 32).

11) No hay peligro de que el VIH se transmita por vía respiratoria.

Nadie puede realmente decir si la enfermedad puede o no propagarse por vía respiratoria. Varios altos funcionarios del gobierno han impedido que los investigadores puedan continuar sus estudios para determinar si el virus puede propagarse por vía respiratoria o no, aunque no cabe duda de que hay indicios de que puede darse el contagio por vía respiratoria. Por ejemplo: un empleado de laboratorio, a pesar de haber empleado las precauciones de rutina para protegerse la piel en todo momento, contrajo el virus; el Dr. Acer contagió a cinco pacientes, y un dentista contrajo el VIH aunque carecía de riesgo identificable, y los CDC, sin embargo, no han podido explicar cómo ocurrió el contagio. Ciertamente, con una enfermedad de esta magnitud, es de vital importancia saber si hay algún peligro de contagio por vía respiratoria - al toser o estornudar -, aun cuando el número de casos de contagios fuese mínimo.

Todavía más peligrosa que la propagación del VIH por vía respiratoria, es la propagación de la tuberculosis pulmonar, asociada con la enfermedad que produce el VIH. La tuberculosis ha reaparecido en nuestro país, y no sólo ha habido una rápida diseminación en todas parte, sino que ha aparecido un nuevo tipo de tuberculosis, mortal en el 85% de los casos, y resistente a los fármacos antituberculosos, dado que no se han tomado las medidas necesarias para evitar el contagio del VIH, que es la verdadera epidemia.

12) La propagación de la epidemia parece estar disminuyendo.

Nada puede estar más lejos de la verdad. Puesto que solamente se vigila el SIDA, o sea, el estado final de la enfermedad a la que da origen el VIH, los CDC no tienen, en realidad, idea de la magnitud de la epidemia. El estudio más completo que se ha realizado es el llamado "Sentinel Hospital Study", ya mencionado, (New England Journal of Medicine, 13 de agosto de 1992, pág. 445), que muestra que el 4.7% de las personas contagiadas e ingresadas en los hospitales estaban contagiadas.

Los más propensos a contagiarse son los jóvenes que han adoptado el estilo de vida del homosexual. El Departamento de Salud Pública de San Francisco efectuó pruebas en varones entre los 17 y los 19 años de edad que acababan de iniciarse en el homosexualismo y entre un 10% y un 12% de los que fueron examinados ya habían contraído el VIH y el 26% ya había contraído la hepatitis B. La respuesta del Departamento de Salud Pública de San Francisco, a este esclarecedor descubrimiento, fue guardar celosamente estos datos. Los datos que se consignan en el Estudio sobre la Salud de los Jóvenes en San Francisco se han ocultado al público. El único estudio en relación con la rápida propagación de la infección entre la población adolescente procede de Washington, la capital, donde en las clínicas para adolescentes se ha comprobado que el número de personas que ha contraído el virus se multiplica cada año. Hace dos años, los adolescentes contrajeron el virus a razón de 1 en 250; en 1991 fue 1 en 95, y se calculó que en 1992, 1 de cada 50 lo contraería. Si los casos de SIDA continúan multiplicándose en esa proporción, puede predecirse que en una década morirán varios millones de jóvenes.

Esta rápida propagación de la epidemia en la nación viene asegurada por el hecho de que la enfermedad pueda contagiarse mediante contacto con la sangre o las secreciones del cuerpo que toquen la piel intacta; de que los preservativos no ofrezcan seguridad (fallan al menos un 1% al mes); de que los preservativos vienen con orificios de 5 micrones de diámetro, mientras que el diámetro del virus es de 1 micrón,; y de que a nuestros jóvenes se les incite a que sean sexualmente promiscuos cuando se les propone que usen el preservativo y el nonoxinol-9 como protección.

Un informe del Hudson Institute de Indianápolis ofrece cálculos dignos de mención sobre el futuro que se nos espera. En 1989, publicó los resultados de sus investigaciones en un libro titulado "La catástrofe que se avecina", escrito por Johnston y Hopkins y editado por la editorial Praeger. El libro, cuya circulación se ha impedido celosamente en los Estados Unidos, hace notar que, en el peor de los casos, hacia el año 2002 puede esperarse que haya 14.2 millones de norteamericanos contagiados, y que tal vez haya muerto el 42% de nuestra juventud negra y el 25% de los jóvenes latinos. Las estadísticas publicadas hasta la fecha confirman esa predicción.

Tanto usted como su familia tienen peligro de contagio. A medida que un número mayor de personas se contagie, es posible que los medios de propagación cambien. Yo, personalmente, he asistido a reuniones de activistas donde se dijo que: "Estamos viviendo una revolución... dentro de poco nuestras ciudades serán quemadas. La gente esta furiosa. La menor tontería podría provocarlo... a causa del SIDA, del abuso de las drogas, del número de personas sin hogar, de las cárceles atestadas, del desempleo... La gente se lanzará a las calles." 8

Hoy en día, los hospitales de la ciudad de Nueva York están tan atestados que a muchos de los pacientes que padecen del SIDA, se les envía a morir a su casa. Lo mismo podría suceder en su pueblo o ciudad, si el pueblo norteamericano no procura informarse e interesarse. Tenemos que exigir que esta epidemia se aborde como epidemia y no como una cuestión de derechos civiles.

Nota: El Dr. Stanley K. Monteith es médico, y tiene su consulta en Santa Cruz, California. Es autor del libro Aids: The Unnecessary Epidemic. Para obtenerlo en inglés, diríjase a las oficinas de Human Life International: 4345 S.W. 72nd.Avenue, Suite "E", Miami, Florida 33155, Tel. (305) 662-1497 - Fax (305) 662-1499.

Para mayor información sobre cómo verdaderamente se transmite esta enfermedad, pueden obtener cuatro libros y una videocinta:

1. AIDS: The Unnecessary Epidemic Stanley Monteith, M.D. Covenant House Publishers 1-800-462-4700

2. AIDS: What the Government Isn't Telling You Dr. Lorraine Day, M.D. 1-800-537-2437

3. AIDS: Rage and Reality Gene Antonio 1-800-462-4700

4. The Catastrophe AheadThe Hudson Institute (317) 545-1000

Citas

1. Revista de la Asociación Norteamericana de Medicina, Septiembre 16, 1992, Vol. 268, No. 11, p. 1444.

2. The Lancet, Septiembre 28, 1985, pp. 721-22.

3. a) San Francisco Chronical, Septiembre 5, 1987, p. 2. b) MMWR (a CDC publication), mayo 22, 1987; notificó tres casos de empleados de servicios de salud que se contagiaron por contacto de la sangre sobre la piel - los llamados casos de salpicadura. c) "Epidermal Langerhans' Cells - the target for HTLV III - LAV infection", The Journal of Investigative Dermatology, febrero, 1987, Vol. 88, No. 2, p. 232.

4. Cintas magnetofónicas de una entrevista con un ex oficial del CDC en la cual admite que existe un .5% de casos de los cuales se desconoce el origen (Pídalo a: 618 Frederick Street, Santa Cruz, CA. 95062. El costo de las 2 cintas es de $10 y $2 el franqueo.)

5. People Magazine, Noviembre 23, 1992, pp. 65-8.

6. MMRW, Abril 22, 1988, p. 238. De estas 41 personas que prestan servicios de salud, ocho eran médicos, cuatro de los cuales eran cirujanos, uno dentista; cinco enfermeras; once auxiliares de enfermeros; siete empleados de limpieza; cuatro técnicos de laboratorio; un paramédico; un empleado de funeraria; y otros dos que no habían estado en contacto ni con pacientes ni con muestras de laboratorio (el énfasis ha sido añadido).

7. Infección del VIH en los hospitales de cuidado intensivo participantes, New England Journal of Medicine, agosto 13, 1992,

8. AIDS: The Unnecessary Epidemic, Stanley K. Monteith, MD, Covenant House, p. 342 - Pídalo al 1-800- 462-4700.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que locura. Ese señor Stanley Monteith no sabe nada pero nada de medicina. Es un charlatan. Deberia analizar bien la literatura medica.


Saludos.

konsiensia dijo...

lo mas seguro es que si la estudió. y que no se dejo tomar por estupido y creer engaños.