Si queremos acabar el maltrato, no lo usemos como base de nuestra comida.
En la Semana Mundial del Vegetarianismo, los invito a olvidar por unos minutos la política y la violencia y a pensar en un mundo distinto: aquel de quienes, como principio de vida, no comen carne y respetan la vida animal. Ánimo, no se preocupen: leer la columna no los volverá inmediatamente vegetarianos; solo verán otro punto de vista, que tal vez los enriquezca.
Sócrates, Pitágoras y casi todos los filósofos griegos, lo mismo que Leonardo da Vinci, Newton y Einstein, fueron vegetarianos. Todos ellos sobresalieron en ciencia, investigación, filosofía y búsqueda del bienestar humano. Algún argumento inteligente encontraron en el vegetarianismo que los animó a practicarlo, incluso en épocas en que no era usual en su medio.
En Oriente no solo hay que resaltar a Gandhi, vegetariano y practicante estricto de esta disciplina, sino a todo el pueblo hindú, uno de los más antiguos de la Tierra -tal vez el más-, que ha mantenido su tradición vegetariana al tiempo con una tradición de respeto por la vida consciente en todas sus formas. La sobrevivencia de este pueblo a muchas invasiones, tanto bélicas como tecnológicas, indica que el vegetarianismo no solo es una forma válida sino exitosa de vida, ya que este pueblo, además de vivir, prospera sin hacer daño a otros pueblos, y por siglos ha sido la meta de buscadores espirituales, que han encontrado en los maestros espirituales hindúes las respuestas a sus inquietudes, y su filosofía pacífica y tolerante se convierte en un necesario balance para la ciencia occidental.
Los hindúes son alrededor de 600 millones de vegetarianos vivos, sobre los cuales me gustaría que reflexionaran los cientos de nutricionistas occidentales que predican que el ser humano necesita la carne y el pescado para vivir y ser inteligente. ¿Acaso esos 600 millones, Gandhi, Tagore y los actuales científicos indios no son prueba suficiente y contundente de que es totalmente posible vivir y ser inteligente sin comer carne ni pescado?
Estudios han mostrado que las dietas vegetarianas promueven la longevidad (los pueblos más longevos del planeta son vegetarianos) y menos incidencia de cáncer e hipertensión, y los deportistas vegetarianos tienen excelente rendimiento.
Si alguno ha recibido el consejo de aumentar el consumo de pescado y omega 3 de pescado, lamento decirle que el British Medical Journal publicó uno de los estudios más amplios al respecto y la conclusión fue que, a más consumo de pescado y omega 3, más probabilidad hay de hacer infarto y tener arritmia o una muerte súbita. La Clínica Mayo publicó que no se han encontrado pruebas suficientes de que disminuyan la enfermedad cardiovascular o el cáncer. La propaganda sobre hechos de salud es con frecuencia errónea, pero se propaga de tal forma, que revertir el error es extremadamente difícil. Observaciones de muchos años me demuestran que el pescado, comida de mar y el cerdo producen artritis y dolores en cuello y espalda importantes, que desaparecen al dejar de consumirlos.
Si está realmente preocupado por el calentamiento global, por favor evite o disminuya la carne y el pescado, ya que la ganadería está entre las primeras causas del calentamiento global por la emisión de metano que deja el estiércol de millones de vacunos, y la disminución del 90 por ciento de los peces marinos por la pesca comercial ha desequilibrado gravemente la capacidad que tenía la vida marina de atrapar el CO2, lo que ha aumentado el grave efecto invernadero.
Más allá de los motivos enumerados, es fundamental resaltar que es la compasión y el respeto por los animales, que también sienten y sufren, el principal motivo para ser vegetarianos. Respeto a la vida. Si queremos disolver la violencia y el maltrato, no los usemos como base de nuestro alimento. "Somos lo que comemos." "Cosechamos lo que sembramos." ¿Podría intentarlo y ser vegetariano, al menos un día a la semana? Usted, los animales y el planeta estarán mejor ese día.
* Médica bioenergética
Elsa Lucía Arango *
No hay comentarios.:
Publicar un comentario