Especialistas sugieren incorporarlas y mantenerlas en el régimen alimenticio, contradiciendo el antiguo refrán: "lentejas: si quieres las comes... y si no las dejas".
Estas legumbres -pródigas en proteínas, vitaminas, minerales y fibra- son un almacén de sustancias nutritivas, que proporcionan energía constante y pocas grasas.
Además, son ricas en ácido fólico: una taza de lentejas cocidas contiene casi el ciento por ciento de la dosis alimenticia recomendada en E.U. a las embarazadas.
Las variedades de color verde y café son buenas fuentes de selenio, hierro y manganeso, y contienen también fósforo, zinc, tiamina, vitamina B6 y folato.
Para David Mc Clellan, experto de la Asociación de Legumbres de Estados Unidos, "las lentejas aventajan a otras verduras en su mayor contenido nutritivo y efecto saciante, porque al contrario de una ensalada, a la que sigue una sensación de hambre, con comer poco llenan mucho, evitando la necesidad de picar".
Así mismo, son fáciles y rápidas de preparar, se cuecen rápidamente, no necesitan remojo, como los garbanzos, y en menos de una hora se puede hacer un plato con ellas.
El experto sugiere incorporarlas a la dieta con regularidad, comiéndolas todo el año, no solo en invierno, sino también en primavera y verano, cuando se pueden consumir en ensaladas o platos fríos.
EFE REPORTAJES
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