Desde hace décadas, la sífilis había dejado de ser un problema en Occidente. Pero parece que no. El aumento del comportamiento riesgoso en las relaciones sexuales trajo como consecuencia el regreso de esta temida enfermedad venérea.
Es la conclusión de un estudio que se publica esta semana en The Lancet Infectious Diseases. Según la publicación, la enfermedad resurgió con fuerza en Europa y Estados Unidos, tomando por sorpresa a los médicos, que casi ni piensan en el trastorno al ver a un paciente en su consulta.
La causa principal del aumento es el descuido en las relaciones sexuales, la falta de uso del preservativo. En el trabajo estadounidense, los autores señalan que este aumento se produjo principalmente entre los varones gays sexualmente activos, las personas marginadas y con poco acceso a los servicios de salud.
La investigación también señala la importancia de la interacción entra la sífilis -una enfermedad que hoy no es mortal y que se produce por la bacteria Treponema pallidum- y la infección por VIH. Ambos trastornos pueden adquirirse a través de prácticas sexuales de riesgo, y su concomitancia puede agravar la situación del paciente.
En Dinamarca, como muestra la investigación, los diagnósticos aumentaron en un 50% entre 1999 y 2002; en Bélgica el incremento fue tres veces superior. Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda también registraron un importante aumento. Los autores reclaman la evaluación e incorporación de nuevas herramientas de diagnóstico, intervenciones preventivas y una vigilancia y monitorización de la enfermedad para volver a minimizar su incidencia mundial. Dicen que los médicos de los países ricos necesitan actualizar su formación para detectar los síntomas de la sífilis, enfermedad que prácticamente se erradicó en las últimas dos décadas, pero cuya incidencia está creciendo desde 1996. Se estima que 12 millones de personas en el mundo se infectan cada año.
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