Tanto en arquitectura como en arte, las personas se han preguntado desde siempre cuales son las proporciones que hace que una obra sea más armónica a la vista. Los egipcios conocían algo especial y misterioso que daba a sus obras gran belleza. Lo utilizaron para la construcción de sus monumentales pirámides, por ejemplo. Más tarde este secreto pasó a los griegos. En realidad la clave no era ni más ni menos que una proporción concreta: el cociente entre al diagonal y el lado del pentágono regular, que da como resultado el número denominado F (fi). O lo que es lo mismo, la relación entre ambos lados del denominado rectángulo áureo que, a pesar de su extraño nombre, lo podemos encontrar a nuestro alrededor en multitud de objetos de nuestra vida cotidiana como libros, puertas, ventanas, cajetillas de tabaco, construcción de muebles, camas, etc.
lunes, enero 15, 2007
La Armonia
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