jueves, agosto 16, 2007

El estilo de vida, una barrera para el tratamiento de pacientes de cáncer de próstata

Una nueva investigación europea muestra que el tratamiento de cáncer de próstata se ve dificultado por las reticencias de los pacientes a compartir con su medico los problemas en su calidad de vida. A pesar de que el estilo de vida preocupa a un 67% a los pacientes europeos con cáncer de próstata en Europa, de ellos menos de la mitad comparten esta preocupación con su médico, de acuerdo con un estudio realizado con pacientes de toda Europa y presentado en Berlín. Hombres con cáncer de próstata en cinco países europeos (Alemania, Francia, Italia, Holanda y España) fueron entrevistados entre diciembre de 2006 y enero de 2007, y los resultados mostraron que, tras la eficacia de los medicamentos, mantener el estilo de vida es el aspecto más importante para los pacientes y para ello es percibido como fundamental recibir el menor número posible de inyecciones. En este sentido, hay que tener en cuenta que la terapia de hormonas inyectables se ha convertido en un aspecto básico para pacientes con cáncer de próstata avanzado, con una tendencia a incrementar su uso en hombres jóvenes y en estadíos menos avanzados de la enfermedad. Nueve de diez pacientes prefieren recibir pinchazos con menor frecuencia de acuerdo con el estudio. Así un 81% de los pacientes por debajo de los 70 años prefieren una inyección cada medio año, antes que las otras opciones (ya sea una inyección mensual o bien una cada tres meses) presuponiendo una eficacia y efectos secundarios similares. La repetición constantemente de inyecciones puede tener un impacto negativo en la calidad de vida despertando de nuevo el estrés y la preocupación sobre el cáncer de próstata en los pacientes. Una inyección cada medio año es percibida como una ventaja por dos tercios de los pacientes (el 64%) menores de 70 años porque puede mejorar significativamente su calidad de vida: los pacientes pueden sufrir menos preocupaciones y asistir a menos consultas con su médico. Al mismo tiempo, un tratamiento apropiado puede redundar en una mayor libertad y en desarrollar actividades sin ninguna restricción. En la presentación de los resultados de este estudio, algunos pacientes, como el Sr. Roy, un varón de 61 años, comentaron sus propias experiencias: “Cuando conocí el tratamiento encajaba con mi estilo de vida, me daba la libertad y comodidad para continuar haciendo las cosas que yo quería, como poder dedicar más tiempo a estar con mi nieto, ir de compras por la ciudad, dar paseos y cogerme las vacaciones con mi esposa”. El profesor Claude Schulman, de la Universidad de Bruselas (Bélgica) señaló que los resultados del estudio eran útiles para los médicos que trataban el cáncer de próstata: “entender que el estilo de vida es importante para los pacientes nos puede ayudar a que se prescriban las opciones de tratamiento correctas. Podemos ser capaces de superar lo que es una barrera para los pacientes siendo conscientes de las diferentes opciones terapéuticas que existen en la terapia hormonal. Este hecho tiene una importancia clínica fundamental”, señalo el profesor Schulman. Las agonistas LHRH son comúnmente usadas para tratar el cáncer de próstata avanzado porque bajan la cantidad de testosterona en el cuerpo reduciendo la producción de testosterona. La testosterona es lo que provoca que las células cancerígenas crezcan. Las agonistas LHRH están generalmente disponibles como inyecciones mensuales o dispensadas una vez cada tres meses. El nuevo tratamiento, Eligard® (acetato de leuprorelina) recientemente lanzado en Alemania, es el primer tratamiento hormonal disponible con tres posibilidades: una inyección al mes, cada tres meses o incluso cada seis meses, siendo igualmente efectiva.

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