Un menú polémico.
- Una cadena de restaurantes de comida rápida ofrece hamburguesas con más de 900 calorías.
- Sanidad lo critica, pero ¿son tan malos estos bocadillos como se dice?
La polémica está servida… en bandeja de cadena de hamburgueserías.
Al Ministerio de Sanidad se le han atragantado los supermenús de Burger King: el doble Whopper y la XXL.
¿El problema? Las más de 900 calorías que aportan estos auténticos sándwiches bomba.
Comerse una sola de estas hamburguesas supone tanto como meterse entre pecho y espalda de un tirón cuatro platos de macarrones con tomate o cuatro filetes con verdura o tres tortillas de patata o seis huevos fritos.
Por lo pronto, la ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha pedido a la cadena de comida rápida que retire las campañas de publicidad de estos productos y que reduzca el tamaño de las raciones de comida que sirven en cada menú.
Trata así de evitar que las cifras de obesidad se disparen más en España.
Sirva de ejemplo que el 13% de los niños españoles son obesos, y la cifra alcanza el 16% si se habla de población adulta: cifras nada despreciables si se tiene en cuenta que cerca de 30.000 españoles mueren al año por sobrepeso.
Pero ¿son de verdad tan funestas las hamburguesas? ¿Pueden suponer un problema de salud para quien las consume?
La clave radica, básicamente, en que en muchos casos este tipo de alimentos suelen sustituir a la dieta tradicional.
José Manuel Ávila, director técnico de la Fundación Española de Nutrición, sostiene que en sí el producto no tiene por qué ser malo, lo que lo hace dañino es la frecuencia de consumo o la calidad y salubridad de las materias primas utilizadas; si bien, en este último capítulo, la Fundación Española de Nutrición no entra: "Nosotros presuponemos que lo que alguien se lleva a la boca reúne condiciones higiénico-sanitarias suficientes".
En cualquier caso, Ávila sostiene que la clave para no equivocarse es saber que "para vivir necesitamos 52 sustancias que se encuentran repartidas en toda la pirámide nutricional. Por eso hay que comer de todo y en cantidades adecuadas".
El pan de molde, bajo la lupa
El pan de molde tiene cierta cantidad de grasa trans, un ácido graso sometido químicamente a solidificación. Su función es que el pan se endurezca más lentamente. Los estudios aún no concluyen si esta grasa es dañina; lo que sí parece es que puede acarrear problemas cardiovasculares. Las grasas trans se encuentran bollería industrial, margarinas o palomitas.
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