Los individuos cuyas madres bebieron tres o más vasos de alcohol en alguna ocasión durante las primeras fases de su embarazo tienen un elevado riesgo de desarrollar problemas con el alcohol a partir de los 21 años, según publica en su edición de septiembre la publicación Archivos de Psiquiatría General, dependiente de la revista especializada JAMA.
La exposición al alcohol durante la edad más temprana ha sido asociada a dificultades en las capacidades de aprendizaje, memoria y conocimiento, así como a problemas de comportamiento y mentales. Sin embargo, algunos estudios han determinado una relación entre el abuso de la bebida durante el embarazo y la dependencia alcohólica futura, con extensas evidencias en el estudios con animales, según publica la revista.
Resultados similares se encontraron en estudios con humanos, según las conclusiones a las que llegaron la investigadora Rosa Alati, de la Universidad de Queensland (Herston, Australia), que buscaron determinar si la exposición al alcohol durante el embarazo causaba alcoholemia en las 2.555 personas a las que siguieron desde el nacimiento hasta la edad de 21 años. Un grupo de 7.223 madres fue entrevistada originalmente en su primera visita pre natal entre 1981 y 1984 en Brisbane, Australia, de las que 2.555 completaron el seguimiento de entrevistas periódicas hasta esa edad.
Del total, 640 jóvenes --el 25 por ciento-- encajaban con el patrón de trastorno con el alcohol: 333 de ellos antes de los 18 años (13 por ciento del total); y 307, entre esa edad y los 21 (12 por ciento del total). En el análisis final, que incluía a 2.138 individuos, aquellos cuyas madres consumieron más de 3 vasos de alcohol en alguna ocasión durante su embarazo tenían una predisposición hasta 2,47 veces más alta de desarrollar un trastorno temprano --antes de los 18 años--, y hasta 2,04 veces de hacerlo después.
Asimismo, constataron que beber durante fases más avanzadas del embarazo incluso aumentaban el riesgo. Esta relación incluso se mantenía fuerte después de considerar otros aspectos biológicos o del entorno que podrían contribuir a elevar este riesgo de trastornos con el alcohol. "Nuestros descubrimientos apuntan a una contribución biológica al origen de los desórdenes alcohólicos y sugieren que hay que prestar una mayor atención al papel de la exposición al alcohol en el útero, para prevenir efectos programados en la edad adulta", concluyen los autores del estudio.
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