Los fumadores dicen a menudo que fumar un cigarrillo les ayuda a concentrarse y a sentirse más despiertos. Pero el uso de tabaco durante años puede tener un efecto opuesto, disminuyendo la velocidad y exactitud en la habilidad de pensar, y reduciendo el coeficiente intelectual.
(Kurt Thoroughman observa a Jordan Taylor mientras utiliza un videojuego en el laboratorio.) (Foto: David Kilper / WUSTL)
(NC&T) El estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan apunta claramente a que el consumo del tabaco a largo plazo está asociado a lentitud en el pensamiento y a un índice de inteligencia más bajo.
La asociación entre el consumo de tabaco a largo plazo y una disminución en las habilidades mentales en 172 hombres alcohólicos y no alcohólicos, ha sido un hallazgo sorprendente del estudio cuyo propósito principal era originalmente examinar el efecto a largo plazo del alcoholismo sobre la capacidad del cerebro y el pensamiento.
Aunque los investigadores confirmaron resultados anteriores como que el alcoholismo está asociado a problemas del pensamiento y a un índice de inteligencia inferior, su análisis reveló que el tabaquismo a largo plazo también lo está. El efecto sobre la memoria, la habilidad para solucionar problemas y el coeficiente intelectual era más pronunciado entre quienes habían fumado durante años. Entre los hombres alcohólicos, fumar fue asociado a una capacidad mermada en la agilidad mental, incluso después de tenerse en cuenta el consumo del alcohol y de drogas.
Los resultados son los primeros que sugieren una relación directa entre fumar y la función neurocognitiva en alcohólicos. Y sugieren además que el tabaco está vinculado a una capacidad intelectual mermada incluso entre hombres sin problemas de alcohol.
La autora principal, Jennifer Glass, profesora en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Michigan, advierte que los resultados necesitan ser reproducidos por otros estudios antes de sacar cualquier conclusión sobre el efecto del tabaquismo en el cerebro, o antes de que los resultados se puedan considerar relevantes para las mujeres.
Pero, según ella, los resultados deben estimular a los investigadores del alcoholismo a reexaminar sus datos, estimando ahora el impacto de fumar, un factor generalmente no considerado en los estudios sobre los efectos del alcoholismo en el cerebro, a pesar del hecho de que entre un 50 y un 80 por ciento de los alcohólicos fuman.
Mientras tanto, el equipo de la citada universidad está lanzando un estudio para examinar la cuestión en adolescentes, y planea examinar en breve a otros 172 hombres.
El mecanismo exacto del impacto del tabaco en las funciones más altas del cerebro sigue siendo confuso, pero puede implicar tanto efectos neuroquímicos como daños en los vasos sanguíneos que abastecen al cerebro. Esto es consistente con otros hallazgos en los que las personas con enfermedades cardiovasculares y pulmonares tienden a tener deteriorada la función neurocognitiva.
Kara Gavin
USA
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