El hierro es un elemento fundamental para el buen funcionamiento del organismo. Cuando falta, debido generalmente a una deficiencia en la alimentación, se produce la anemia. El mal no se nota a simple vista, pero el cuerpo empieza a resentirse de manera silenciosa: disminuye la capacidad muscular, bajan las defensas, y la capacidad de prestar atención es menor.
Cuando existen manifestaciones clínicas de la anemia, como cansancio, fatiga y, en los chicos, poco rendimiento en el colegio, significa que la deficiencia de hierro es importante, destacan los expertos.
El organismo tiene reservas de hierro, que cubren las primeras deficiencias. Pero cuando esos depósitos se agotan, empiezan a manifestarse los síntomas. Y es necesario reemplazar lo que se perdió. Los cambios que produce la anemia por falta de hierro son graduales, a diferencia de los que produce una anemia aguda, producto de una gran pérdida de sangre.
La palabra anemia viene del griego, y significa sin sangre. Es una enfermedad caracterizada por una disminución anormal en el número de glóbulos rojos o en su contenido de hemoglobina.
¿Por qué es importante el hierro?
El hierro es necesario para la producción de la hemoglobina, una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos, y cuya función es el transporte de oxígeno desde los pulmones hasta –todas- las células del cuerpo.
Los glóbulos rojos, para poder combinarse con el oxígeno, deben contener una cantidad suficiente de hemoglobina, y esto depende de los niveles de hierro que existan en el organismo.
Los efectos de la falta de hierro son más graves si se trata de chicos pequeños. La especialista indica que algunos estudios han mostrado que la anemia, en grados no muy severos, pero prolongados, puede afectar el rendimiento intelectual en los chicos. Incluso, si se da en una etapa muy temprana, aún después de haber corregido la anemia, pueden quedar secuelas.
Los períodos más vulnerables al déficit de hierro son el primer año de vida, la pubertad y el embarazo, pero también puede afectar a las mujeres en edad fértil, porque la menstruación representa una pérdida de hierro, que es normal.
El primer año de vida del niño es muy importante porque es un período de crecimiento rápido y, en general, según como haya sido el estado nutricional de la madre, el niño nace con pocas reservas de hierro.
Alrededor del cuarto me de vidas, se produce una anemia fisiológica, por lo que se recomienda suplementar al niño con hierro hasta que empiece a comer alimentos ricos en ese metal. En el cuarto mes se le da un suplemento de hierro hasta los 15 meses.
En chicos no suplementados, que crecen muy rápido, o tienen una contextura física grande, esa anemia puede hacerse más manifiesta, sobre todo si no están alimentados a pecho. La leche humana tiene un tipo de hierro que se absorbe mucho mejor que el de la leche de vaca.
El otro período crítico es la pubertad, por el crecimiento rápido que tiene el organismo. Actualmente, la mayoría de los adolescentes no llegan a cubrir la cantidad de hierro que necesitan, advierten especialistas. Las comidas rápidas son uno de los factores de dicha deficiencia.
¿Cuáles son los alimentos ricos en hierro?
En los alimentos, el hierro se presenta bajo dos formas: uno que se denomina hem, presente en los productos de origen animal, y otro denominado no hem, que se encuentra en los vegetales. El hierro de origen animal se absorbe mucho mejor que el de origen vegetal. Pero la absorción, que se realiza en el duodeno, depende de las sustancias que acompañan al alimento.
El hierro presente en los vegetales está más influido por la presencia de otros alimentos, como las fibras, ciertos metales, u otros componentes de la dieta que pueden afectar su absorción. El hem, en cambio, se ve poco modificado por esos factores.
En general se consume más cantidad de hierro de origen vegetal, por eso es necesario balancear las cantidades. Las lentejas, por ejemplo, tienen mucho hierro, pero conviene acompañarlas con un poco de carne, para aumentar la absorción, indica la especialista. El hierro de origen vegetal se absorbe mucho mejor si está acompañado por hierro de origen animal.
Otro vegetal rico en hierro es la espinaca, pero si se come acompañada con salsa blanca, por ejemplo, el calcio de la leche puede inhibir la absorción. Un factor que facilita la absorción es la vitamina C. Por eso resulta beneficioso comer alimentos ricos en hierro acompañados con jugo de naranja.
La especialista recomienda comer una porción de carne de alrededor de 200 gramos todos los días. Y complementar con alimentos que sean buena fuente de hierro, como las legumbres, espinacas, o huevo.
En cuanto a los alimentos fortificados, aportan un suplemento, pero no es comparable con el aporte que brinda una porción de carne. A veces, por más que los alimentos tengan una gran cantidad de hierro agregado, eso no significa que toda esa cantidad vaya a absorberse.
Con respecto al café y el té, tomados después de las comidas, son inhibidores de la absorción. Si no se pueden evitar, conviene que haya por lo menos un espacio de una hora o más con respecto a la comida.
El exceso de hierro en el organismo no representaría riesgos. De hecho, el intestino regula la absorción del metal. Absorbe más, cuanto más falencia haya. Si el organismo tiene exceso, el intestino absorbe menor cantidad de hierro. Pero sí puede haber problemas si el exceso está causado por el hierro de origen medicinal. Este exceso puede causar complicaciones renales, gástricas, o hepáticas. Por eso, el hierro medicinal tiene que ser administrado por el médico, y controlado con análisis.
La anemia por falta de hierro es la desnutrición oculta, que no se ve pero desgasta el organismo por dentro. Y en los chicos puede dejar secuelas definitivas. Por eso, los especialistas subrayan la importancia de saber combinar los alimentos de origen animal y vegetal para potenciar sus componentes nutricionales.
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