viernes, mayo 30, 2008

Mujer lleva tres meses enferma por causa de infección que adquirió en un salón de belleza

Vivian de la Peña se hizo un pedicure el 14 de febrero en una peluquería que ya conocía, pero, por afán, la pedicurista solo limpió con alcohol el cortacutículas y no lo esterilizó.

"Ella me cortó los cueritos del borde de la uña, me puyó y me salió un poco de sangre, me echó un líquido y me preguntó si me dolía, le dije que sí", dice. A los tres días su dedo estaba infectado, "parecía una mogolla". En consulta médica le dijeron que había adquirido una bacteria. Intentó acabarla con muchos medicamentos, pero ninguno la curó.

Desde entonces va al médico cada tres días. "Terminé en cirugía, me quitaron un pedacito de piel y de uña, me cosieron y estoy en recuperación. Hoy me puse tenis, después de tres meses de andar en sandalias", lamentó el viernes pasado Vivian.

De esos malos cortes vino la celulitis (infección con inflamación en la piel). "Su dedo estuvo rojo, con secreción purulenta y aún no se recupera", dice Ómar Javier Puentes, el médico que la atiende.

Lo que sigue para Vivian es descartar una lesión en el hueso (osteomelitis crónica). Ella está a la espera de una radiografía de su pie, pues aún no se cura y solo queda esperar a que la bacteria no haya invadido hasta el hueso.

Este caso es una muestra de lo peligroso que es no esterilizar los utensilios a altas temperaturas o con un líquido llamado glutaraldeido. Hongos, bacterias e infecciones se transmiten cuando no hay medidas de prevención.

"Se puede contraer hasta una hepatitis o un sida, e incluso, a veces es necesario amputar el dedo o la pierna si la infección se va por la fascia, que es el tejido que recubre los músculos", dice Puentes.

Manicure y pedicure son la mayor causa de consultas

Cuando se trata de procedimientos de peluquería, según los dermatólogos, abundan desde uñeros que requieren tratamientos con antibióticos orales o inyectados hasta infecciones.

Según la dermatóloga Luz Marina Gómez, las infecciones más frecuentes son las causadas por bacterias, cuando el dedo se vuelve rojo y hay secreción con pus. La uña se puede despegar parcialmente y si el daño es severo esta puede salir deforme.

La segunda infección se da por hongos, sin síntomas, explica Gómez. Se detecta al encontrar la uña desprendida, con caspa debajo, que luego se deforma y desbarata.

Martín Vidal, empresario del sector, afirmó recientemente, en un evento, que "usar elementos no reutilizables es la clave para evitar enfermedades, satisfacer a los clientes y generar más ingresos".

BEATRIZ GARCÍA NOVA
ESPECIAL PARA EL TIEMPO

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