sábado, mayo 03, 2008

Los teclados de ordenador tienen más bacterias que los asientos del inodoro

Más allá de los virus informáticos, la avalancha de correos basura, la adicción a internet, las lesiones digitales a causa de apretar de forma incesante los botones del ratón o los problemas para la vista que acarrea estar sentado durante horas frente a la pantalla, los ordenadores traen consigo otro grave peligro: la suciedad que se acumula en los teclados. La revista británica Which? Computing Magazine publicó ayer un estudio que concluye que muchos de estos instrumentos tienen más bacterias que los asientos de los váteres, en especial algunos gérmenes capaces de causar diarreas, vómitos e intoxicación de los alimentos.
Los autores del estudio, con el microbiólogo Peter Wilson al frente, analizaron el pasado mes de enero 33 teclados de ordenadores de la propia revista. Sus redactores debieron de sentir una mezcla de miedo, asco y vergüenza, pues allí, entre los botones, los investigadores encontraron muestras de staphylococcus aureus, una bacteria vinculada a distintos tipos de infecciones, de escherichia coli, que puede causar gastroenteritis, y de enterobacteriaceae, una familia de gérmenes que pueden causar, incluso, envenenamiento. En comparación, los váteres de la redacción de Which? parecían un prodigio de limpieza. Uno de esos 33 teclados tuvo que ser inmediatamente sacado del edificio, puesto en cuarentena y desinfectado. Estaba cinco veces más sucio que el asiento de un retrete público y superaba 150 veces el límite de bacterias recomendado.

EL REFLEJO
"Las bacterias de los teclados de ordenadores vienen a ser un reflejo de lo que hay en la nariz o el vientre del usuario --declaró ayer el doctor Wilson a la BBC--. Si alguien en su oficina tiene un resfriado, o incluso si sufre de gastroenteritis, es bastante probable que usted acabe contagiándose a través de teclado". Tanta acumulación de gérmenes, asegura el trabajo, proviene de que muchos usuarios se alimentan frente al ordenador, de manera que muchos trozos de comida se cuelan entre las teclas, creando condiciones óptimas para que crezcan millones de bacterias. Y luego están quienes no se lavan las manos tras haber visitado los servicios.
La revista también publica un sondeo, con alrededor de 4.000 entrevistados, que concluye que el 22% de los británicos limpian sus teclados cada mes, mientras que el 10% jamás lo hace. Which? también advierte de que los audífonos pueden acumular un nivel similar de gérmenes y transmitir piojos.

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