Se vió tras un año como el grupo al que no aplicaron nada se mantuvo en el peso y los dos grupos restantes perdieron un peso similar, con la diferencia de que los que no hicieron ejercicio perdían densidad ósea.
Este tipo de conclusiones son sobre todo interesantes en personas de avanzada edad en las que en ciertas circunstancias es recomendable perder peso, por lo que hay que diseñar una adecuada estrategia dietética complementada con ejercicio para evitar desmineralización ósea y por tanto posibles fracturas.
Aún a falta de ratificar y complementar este estudio, los expertos no se cansan de advertirnos que la mejor dieta es aquella que va acompañada de ejercicio físico.
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