jueves, mayo 13, 2010

Cuando el dolor no es el síntoma, sino la enfermedad

Una cosa es que el dolor advierta que algo no anda bien. Otra que se convierta en un compañero permanente, que pasen los meses y los años y siga ahí, alterando la tranquilidad, la calidad de vida y hasta la salud mental.

Y no es un asunto de pocos: según los estudios europeos sobre el tema, entre un 13 y un 20 por ciento de la población general adulta del viejo continente tienen algún dolor crónico, donde se incluyen las cefaleas y los dolores de espalda.

Lo dice el presidente del Instituto Mundial del Dolor, el neurólogo español Ricardo Ruiz-López, de visita en la ciudad.

Un dolor se considera crónico, explica el especialista, cuando persiste por más de tres meses, sin ceder pese a los tratamientos iniciales, es decir, los analgésicos comunes.

"Cuando permanece en el organismo de forma continuada, pierde su valor biológico y se convierte en un problema", indica Ruiz-López.

Pero, qué tan importante es que haya especialistas en el tema del dolor. El experto lo aclara: "El dolor de espalda, por ejemplo, es una epidemia actual. Constituye un motivo de sufrimiento personal y además es una causa importante de pérdidas económicas y coste social por las incapacidades. Se estima que puede generar pérdidas de alrededor del 1 por ciento del producto interior bruto de un país industrializado".

De dónde viene el dolor crónico
En los años 70, el dolor crónico estaba asociado con los problemas sicológicos. "Antes se le daba a esto una importancia, a mi modo de ver, exagerada, como perpetuadores del dolor crónico. Eso ha cambiado por completo gracias a la comprensión del dolor, conocemos mejor los mecanismos básicos y los subgrupos del dolor dependiendo de los tejidos, la transmisión del dolor en el sistema nervioso central y podemos interrumpir esa señal", relata el experto.

Ese conocimiento los ha llevado a encontrar, por ejemplo, que la mujer padece más dolor que el hombre en términos de frecuencia e intensidad. "Es así por su característica biológica", agrega este neurólogo español.

Pero al definir de dónde viene ese dolor este médico responde claro: de la estimulación de los receptores. Y teniendo eso definido y gracias a las resonancias y los escáneres tridimensionales se ha logrado conocer mejor las estructuras implicadas en el dolor crónico.

Pero si bien la clínica y el conocimiento ha permitido diagnosticar con mayor celeridad los dolores considerados crónicos, en un buen diagnóstico está la clave para hallar un tratamiento adecuado.

El asunto es que, en Colombia, los pacientes suelen llegar a una definición clara de su condición luego de haber "paseado" por diferentes especialistas. Sin embargo, una vez clarificada la situación, los tratamientos son de buen pronóstico en su mayoría.

Pero no tiene que ser así. Si usted tiene un dolor que lo ha acompaña por más de tres meses, de manera continua y sin que se encuentre una explicación para ello, quizá este teniendo un problema que merezca ser atendido por especialistas en dolor.

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