Hay mucha controversia sobre la eficacia de los mensajes subliminales. Muchos creen que algo que no se registra a nivel consciente no puede tener influencia alguna en nuestros actos. Sin embargo, quizás sea bueno tener una pequeña dosis de paranoia sobre este tema, ya que se ha demostrado, al menos en teoría, que efectivamente influyen sobre la forma en que las personas toman sus decisiones
Todos saben qué son las imágenes subliminales. Se tratan de fotogramas con algún mensaje, que se exhiben durante periodos muy cortos de tiempo, y que están intercalados en medio de un vídeo. Al permanecer tan poco tiempo frente a nuestros ojos no notamos su existencia. Sin embargo, muchos científicos aseguran que una parte de nuestra mente registra estas imágenes, y que nuestro cerebro puede tenerlas en cuenta a la hora de tomar decisiones posteriores. Joel Voss, un científico de la Northwestern University de Evanston (Illinois), ha realizado un extenso estudio que le ha permitido demostrar que los mensajes subliminales funcionan. Básicamente, Voss y sus colegas mostraron a un grupo de doce voluntarios las imágenes de un calidoscopio durante 2 segundos. Los voluntarios, mientras tanto, efectuaban una serie de tareas no relacionadas con el experimento a fin de que no pudiesen concentrarse en las imágenes que les estaban mostrando.
Un minuto más tarde, se les pidió a los voluntarios que mirasen pares de imágenes, similares entre sí, para que seleccionasen la que habían visto antes. Cabe aclarar que las imágenes de un calidoscopio, si bien se parecen, poseen un componte de azar muy fuerte que las hacen prácticamente irrepetibles. Resulta, aun a nivel consciente, muy difícil recordar una serie de imágenes y reconocerlas luego dentro de un grupo mayor. Así y todo, los participantes del experimento reconocieron entre el 70 y el 80 por ciento de las imágenes que les habían mostrado durante cortos periodos de tiempo, mientras que no prestaban atención consciente.Si no hubiese efecto subliminal alguno, los voluntarios deberían haber reconocido aproximadamente el 50% de las imágenes. Sin embargo, su tasa de aciertos fue igual o mejor que las de una persona concentrada en esa tarea. Los investigadores también les preguntaron a sus “conejillos de indias” si simplemente habían adivinado o si, por el contrario, tenían alguna clase de “corazonada” sobre cuál era la imagen correcta.
Durante todo el experimento los voluntarios fueron monitoreados a conciencia. Su actividad cerebral fue recogida por una serie de sensores unidos a sus cabezas. Los científicos determinaron que los patrones de actividad cerebral fueron diferentes cuando observaban directamente las imágenes que cuando se les mostraban de forma subliminal. Esto sugiere que el cerebro maneja de forma distinta las experiencias normales (conscientes) de las subliminales (inconscientes), aunque el resultado sea el mismo.Estos resultados seguramente reavivarán la polémica. ¿Es lícito utilizar este tipo de mensajes para posicionar mejor a un político? ¿Un producto debería ser anunciado de esta forma? ¿Puede utilizarse este sistema para aprender cosas sin esfuerzo? Muchas preguntas y, por ahora, pocas respuestas. Pero, quizás, el experimento de Voss pueda explicar cómo algunos dirigentes han obtenido sus puestos públicos.
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