Esta semana se puso en tela de juicio la eficacia de los edulcorantes o endulzantes sustitutos del azúcar, como la sacarina, para ayudar a las personas a bajar de peso.
La discusión la puso sobre la mesa un estudio que la Purdue University de Estados Unidos hizo mediante una experimentación con ratas. La investigación demostró que al consumir un lácteo endulzado con sacarina los animales buscaron compensar esa carencia y consumieron más calorías, aumentando de peso.
"Lo que ha demostrado este estudio es que cuando los edulcorantes forman parte permanente de la dieta y se descuida el consumo de carbohidratos, el cuerpo se engaña. Y, ante la baja de calorías, echa mano de todo el azúcar que pueda", dice Carlos Francisco Fernández, asesor médico de la Casa Editorial EL TIEMPO.
Los edulcorantes son sustancias que reemplazan el azúcar y pueden ser utilizadas en la alimentación para disminuir el consumo de carbohidratos y, por lo tanto, el aporte calórico total. Los edulcorantes los usan principalmente las personas con diabetes e hipoglucemias, o quienes desean reducir las calorías que consumen, por ejemplo, para bajar de peso.
Sin embargo, los efectos colaterales en la salud han sido y siguen siendo motivo de discusión y análisis frecuente en la comunidad científica, razón por la cual no todos los edulcorantes son de uso totalmente libre. El ciclamato y la misma sacarina, por ejemplo, están contraindicados para mujeres en embarazo.
Así los clasifican
Hay dos tipos de endulzantes: los calóricos y los no calóricos o los nutritivos y no nutritivos.
Los primeros aportan calorías, pero dado que su poder endulzante es muy alto, la cantidad que se requiere para obtener sabor dulce es mucho menor. Los últimos permiten la reducción del aporte total de calorías en la dieta.
Los expertos ratifican que endulzantes como la miel, la panela, el azúcar blanca y la morena son exactamente iguales, tanto en poder endulzante como en aporte calórico.
"El error frecuente está en consumir una dieta alta en grasas y carbohidratos acompañada de una bebida con edulcorante y creer que por ingerir esta última no va a engordar", dice Contreras.
"Concretamente, un edulcorante no adelgaza si no va acompañado de una dieta estricta que restrinja el consumo adicional de calorías", sostiene la nutricionista.
Como el edulcorante por si solo no ayuda a disminuir peso, para que sea realmente efectivo debe ser parte de un plan de alimentación balanceado. Para eso hay que disminuir el consumo total de calorías, fomentar los buenos hábitos de alimentación y realizar actividad física frecuentemente.
Es importante leer bien las etiquetas de los productos, porque lo dietético o lo light no le sirve a todo el mundo.
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