El final de este año será un segundo más largo. El último minuto de 2008 constará de 61 segundos para corregir una pequeña anomalía entre los relojes atómicos y el tiempo astronómico, basado en la rotación de la Tierra.
Los segundos intercalares se usan para alinear el Tiempo Universal Coordinado con las escalares astronómicas variables GMT y el Horario Universal. Pero la Unión Internacional de Telecomunicaciones ha propuesto abolir esos segundos intercalares y añadir una hora cada 600 años aproximadamente, informó ayer el semanario New Scientist.
Cambios para Greenwich
Ello tendría importantes repercusiones para el Reino Unido ya que la hora referida al meridiano de Greenwich perdería su estatus internacional como el lugar donde la hora local coincide con la que se regulan todos los relojes. Esa zona de tiempo universal se iría desplazando al este hacia París durante cientos de años antes de volver otra vez a Greenwich. Además, con el cambio la hora oficial ya no estaría vinculada a la rotación astronómica de la Tierra.
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