sábado, noviembre 22, 2008

Los médicos alertan de que con hacer ´botellón´ una vez al mes ya hay riesgo

Hasta los 20 años la plasticidad cerebral todavía se está configurando de modo que las lesiones que produce el consumo de alcohol entre los jóvenes se vuelven irreversibles.


MARÍA VARELA. A CORUÑA. Ir de botellón una vez al mes supone un factor de riesgo para la salud según las conclusiones del XXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que se está celebrando desde el pasado miércoles en A Coruña. Los expertos alertaron además de que en los jóvenes cualquier ingesta de alcohol ya supone un peligro. Este dato es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que la edad de inicio se sitúa en España en los 12 años de media y que seis de cada diez jóvenes de entre 14 y 18 años aseguran haberse emborrachado alguna vez en su vida.
"Hasta los 20, la plasticidad cerebral todavía se está configurando con lo que las lesiones que produce el alcohol se vuelven irreversibles", explicó el doctor Javier Laso, jefe del servicio de medicina interna del Hospital Universitario de Salamanca y coordinador del grupo de trabajo sobre alcohol y alcoholismo de la Sociedad Española de Medicina Interna.
Los daños producidos por el etanol, la sustancia tóxica que contienen las bebidas alcohólicas, afectan mayoritariamente a las zonas cerebrales de aprendizaje, como la memoria, aunque también se producen trastornos en la psicomotricidad y de la conducta y una mayor posibilidad de dependencia de cara al futuro. El botellón, no obstante, es un fenómeno relativamente moderno, con lo que todavía no se ha podido investigar en profundidad y no se sabe hasta dónde llegarán todas sus consecuencias.
Bebedores de riesgo
El 60% de los españoles mayores de 16 años consume alcohol de forma habitual y cerca de un 5% lo hace en exceso
El alcohol es la segunda droga más consumida en España de forma esporádica después del tabaco, que también lidera la clasificación de las drogas habituales. Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina, el 9% de los pacientes que acuden al médico internista son bebedores de riesgo, es decir, personas que sin saberlo están ingiriendo diariamente una cantidad de alcohol que podría derivar en problemas graves de salud. Esa cantidad se estima en 40 gramos en el caso de los hombres y 20 en el de las mujeres, equivaliendo tan sólo un vaso de vino o una cerveza a 10 gramos y un cubata a 20.
A estas cifras deben añadirse además como datos alarmantes que alrededor del 60% de la población mayor de 16 años consume alcohol habitualmente y se estima que cerca de un 5% bebe en exceso todos los días, no sólo los fines de semana como sucede en la mayor parte de los casos.
Por motivos culturales y sociológicos, sin embargo, la respuesta de la sociedad ante el abuso del alcohol es escasa, y en muchos ocasiones se justifica alegando posibles beneficios del consumo moderado de bebidas alcohólicas como el vino o la cerveza.
Medidas sanitarias insuficientes
Pero si escasa es la respuesta de la sociedad, también lo es, y además insuficiente, la sanitaria. Para Javier Laso es necesaria una mayor concienciación porque "identificar a tiempo un consumo de riesgo es tan importante como detectar precozmente un incremento de la presión arterial o de los niveles de colesterol en sangre". De hecho, se han descrito más de 60 enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol que afectan a órganos vitales como el hígado o el páncreas (la esteatohepatitis y la cirrosis son dos de las más generalizadas), y también a los sistemas cardiovascular y nervioso, además de producir alteraciones de la respuesta inmune del organismo.
El problema se agrava con la pasividad respecto al tema de muchos profesionales de la salud, debido en gran parte a carencias formativas de pre y postrado. Un ejemplo de ello es que en el ámbito hospitalario más de la mitad de los pacientes con problemas relacionados con el alcoholismo no son reconocidos como tales por el médico que les atiende.
"Casi al 40% de los pacientes no se les interroga acerca del consumo de alcohol", aseguró Javier Laso, "y en el caso de que sí se haga, sólo en el 18% de ellos se científica la cantidad ingerida".
Con el fin de sensibilizar a los profesionales sanitarios acerca de la incidencia del alcoholismo entre los pacientes ingresados en servicios de medicina interna, la SEMI puso en marcha en 21 hospitales de España el Registro Clínico Nacional sobre Alcohol, reclutando en poco tiempo a más de mil personas.

Las enfermedades importadas aumentan de forma notable en España

En los últimos años se ha producido un notable aumento de las enfermedades importadas, es decir, aquellas que se adquieren en lugares en los que son frecuentes, pero que se tratan en España, donde están poco extendidas.
Las principales causas de este incremento son los viajeros internacionales y los inmigrantes, que suponen ya un 10% del total de la población, ya que esporádicamente viajan a sus países de origen para visitar a sus familias; si bien según el doctor Ricardo Fernández, presidente de la Sociedad Gallega de Medicina Interna, "es un tremendo error estigmatizar y relacionar enfermedades infecciosas con inmigración".
Las patologías de este tipo que se observan en los centros de salud son principalmente respiratorias, aunque también se dan casos, en un porcentaje inferior, de tuberculosis, sida, sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual. De hecho, una de cada tres personas que el año pasado contrajeron el sida en España eran inmigrantes. Y todavía es más preocupante que en la mayoría de los casos el diagnóstico fue tardío, lo que comportó verdaderos problemas sanitarios. Ricardo Fernández cree por ello que es necesario que el Plan Nacional contra el sida lance una campaña de prevención destinada a estos grupos minoritarios y siempre teniendo en cuenta que "la educación para la salud es el mejor método para evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual".
En cuanto a las patologías más exóticas, como el paludismo o la malaria, su transmisión es más difícil porque el ecosistema no es el idóneo para su propagación, y las enfermedades parasitarias también poco frecuentes, tienen poco impacto y sólo necesitan la atención del especialista.

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