No hablan como usted. Ni corren como usted. Pero si se sienten atacadas, piden auxilio como usted.
Las plantas están lejos de ser convidadas de piedra a este mundo, seres que aparte de crecer, reproducirse y morir en un lugar nada más hacen.
Investigadores de la Universidad de Delaware descubrieron que cuando una hoja de una planta es atacada por un patógeno, puede enviar una señal de auxilio en busca de ayuda, la que le llegará de la raíz, que producirá un ácido que porta bacterias que vienen al rescate.
La investigación alumbra el camino del sofisticado sistema de señales dentro de las plantas, que rivaliza con el sistema nervioso de animales y humanos.
El estudio, realizado por Harsh Bais, profesor de plantas y ciencias del suelo, el profesor asociado de ciencias biológicas Kira Czymek, el investigador Thimmaraju Rudrappa y Paul Paré, de Texas Tech University, aparece en la edición de noviembre de Plant Physiology.
"Las plantas son más listas de lo que creemos", indicó Bais. "La gente piensa que ellas, enraizadas en el piso, son presa fácil de los ataques de hongos o bacterias, pero encontramos que tienen formas de buscar ayuda externa".
En una serie de experimentos, los científicos infectaron las hojas de la pequeña planta Arabidopsis thaliana con la bacteria Pseudomonas syringae. A los pocos días, las hojas de las plantas infectadas comenzaron a volverse amarillas y mostraban otros síntomas de la enfermedad.
Las plantas infectadas cuyas raíces habían sido inoculadas con el microbio benéfico Bacillus subtills estaban en perfecto estado.
Los agricultores agregan a menudo B. subtills al suelo para incrementar la inmunidad de las plantas. Forma una película protectora alrededor de raíces y además posee propiedades antimicrobiales.
Mediante herramientas moleculares, los científicos detectaron la transmisión de una señal de larga distancia, un llamado de auxilio de las hojas a la raíz en las plantas con el Bacillus en el suelo. Las raíces respondieron secretando ácido málico, rico en carbono.
Todas las plantas biosintetizan ese ácido, explicó Bais, pero solo bajo condiciones específicas y con un fin específico, en este caso atraer el Bacillus. Imágenes magnificadas de las raíces y las hojas mostraron la defensa provista por los microorganismos benéficos.
Czymek capturó la prueba reina mediante un microscopio de última tecnología
Más estudios muestran cómo interactúan
En los últimos años ha aumentado el conocimiento de las plantas. Como publicó EL COLOMBIANO hace tres años, son capaces de distinguir sus propias raíces de otras, en el momento de competir con recursos, según trabajo de Omar Falik, de la Universidad Ben Gurion en Israel.
En otro estudio de D. Kessler y Ian Baldwin publicado el año pasado, se observó cómo también emiten compuestos volátiles para atraer o repeler polinizadores.
Otra investigación de Junji Takabayashi, publicada también en estas páginas, se mostró cómo volátiles de una planta afectaban el comportamiento nocturno de un gusano, que los emplean como guía de sus actividades.
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