Sorprendentemente, el manto helado que cubre el Ártico y que desde el 2007 había descendido a cotas preocupantes, vuelve a sus niveles normales. La comunidad científica culpaba al calentamiento global como causante de la reducción del hielo pero este nuevo dato ha dejado perplejos a los científicos que no terminan de explicarse cómo ha sucedido. El gran corazón blanco late de nuevo.
Los expertos vaticinaban que el hielo del Ártico desaparecía por completo en el año 2015, vista la velocidad con que se perdió el manto helado en el año 2007 y que generó unos datos alarmantes y bastante pesimistas. Según el científico Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares) el actual ritmo de calentamiento del Polo Norte (0,4 grados centígrados cada decenio) diluirá el enorme casquete ártico hasta dejarlo del tamaño de un cubito de hielo en unos 5 años. Sin embargo, la naturaleza acaba de darle un vuelco a las expectativas y ha dejado con la boca abierta a los científicos que tenían este suceso tan claro.
Mark Serreze, director del Centro Nacional de Información sobre Hielo y Nieve (NSIDC) en Colorado, Estados Unidos, no ocultaba su asombro por la recuperación de los hielos del Ártico tras el gran descongelamiento de 2007, cuando las capas se redujeron a la menor extensión registrada en siglos. Según los expertos, esto lo ha provocado el fenómeno que llaman “Oscilación del Ártico”, un cambio de vientos polares procedentes del Mar de Bering, cuya presencia ha tenido el efecto de volver a congelar grandes superficies del Polo Norte, dejándolo a niveles similares a los registrados en el 2001. También se culpa de este evento al invierno tan atípico que han tenido en algunos lugares del planeta (Norte de Europa y Este de América del Norte), que han sufrido temperaturas extremadamente bajas.No entienden por qué este súbito cambio de vientos ni de la magnitud de la congelación que ha devuelto al polo norte su antigua capa de hielo, dejando las estimaciones científicas por los suelos y produciendo una sensación en la comunidad científica de no tener todos los datos controlados. Sin embargo, los expertos afirmaron que, a pesar de la espectacularidad del fenómeno, este hecho tiene poca relevancia para el cambio climático a largo plazo.
miércoles, abril 28, 2010
Climagate: Los científicos no mintieron
A tenor del escándalo sobre la supuesta mala praxis de los expertos que sostenían el calentamiento global desde el IPCC de la ONU, se ha llegado a la conclusión de que no hubo tal manipulación de datos. El resultado de la investigación independiente que ha revisado la documentación que manejaba la organización no deja lugar a dudas: los expertos hicieron su trabajo honestamente. Por tanto, se desinfla la teoría de la conspiración que acusaba a los científicos de mentir para exagerar los datos del calentamiento global.
El llamado Climagate, explotó como una bomba cuando un hacker interceptó unos mensajes de correo electrónico donde los científicos de la Unidad de Investigación del Clima (CRU, por sus siglas en inglés), comentaban de modo coloquial algunas cuestiones referentes a la investigación sobre el cambio climático y que daban la sensación de ser una manipulación de los datos para hacer creer al mundo que el calentamiento global era cierto. Aquello le costó el cargo incluso al propio director del CRU, Phil Jones, que se vio obligado a dimitir.
El escándalo recorrió como un tsunami todo el planeta y la credibilidad de los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU quedó muy deteriorada. Alegaron que se trataba de comentarios sacados de contexto y que los estudios estaban correctamente realizados, pero la duda ya estaba sembrada. El descrédito y la desconfianza generada sería difícil de erradicar hasta que no se demostrara de manera fehaciente que los datos no estaban inflados artificialmente y que los científicos habían hecho su trabajo honestamente.
El gobierno de Reino Unido reaccionó y dispuso una comisión parlamentaria que estudió el asunto y negó que hubiera tal manipulación. Pero fue ayer, cuando un grupo científico internacional creado por la universidad y la Royal Society, concluyó: "no hay evidencia de mala práctica científica deliberada" en la CRU de East Anglia. El informe que niega la manipulación de datos ha sido elaborado por 6 expertos designados por la Real Sociedad de Ciencias Británica y liderado por el antiguo rector del Imperial College de Londres (Reino Unido), lord Ronald Oxburgh. Se centraron en investigar exhaustivamente los estudios científicos publicados por la CRU durante más de 20 años en dos frentes: la interpretación de la evolución de los anillos de los árboles y su evolución con el clima y los estudios de temperatura a nivel mundial y la reconstrucción de siglos.
El informe concluye que "el trabajo se ha llevado con integridad y las acusaciones de distorsión deliberada no son válidas. Los científicos de la CRU fueron capaces de dar respuestas convincentes a nuestras preguntas detalladas sobre la elección de datos, su manejo y la metodología estadística" y termina: "Los pecados de la CRU son más por omisión que por comisión". Sin embargo, los investigadores si reconocen una cierta subjetividad sobre la metodología de los científicos para reconstruir la temperatura mundial ya que no existen registros de muchas partes del mundo. También admiten que en relación con la interpretación de los anillos de los árboles que “los métodos utilizados puede que no fueran los más adecuados" pero aseguran que no fueron inapropiados. Además, se muestran muy sorprendidos que hubiera tan pocos estadísticos involucrados en la unidad pero ese tampoco es un hecho que condicione taxativamente la honestidad de la investigación del CRU.
El informe considera que los métodos usados para calcular la evolución de la temperatura mundial son "justos y satisfactorios" y añade que los investigadores miraban sus datos de forma "objetiva y desapasionada" aunque tuvieran procedimientos internos "informales". En definitiva, que la investigación, la segunda de las tres que han puesto en marcha para resolver la polémica, asegura que «no hay absolutamente ninguna evidencia de cualquier aspecto impropio u otra cuestión», según Lord Oxburgh. El escándalo tan sólo fue una exageración de comentarios coloquiales sacados de contexto y algunas pequeñas omisiones que no perjudican ni condicionan el resultado final de las investigaciones del CRU.¿Que lo podrían haber hecho mejor? SI. ¿Que el estudio estaba manipulado a propósito para exagerar el calentamiento global? NO. Estas son, en resumen, las conclusiones del estudio.
El llamado Climagate, explotó como una bomba cuando un hacker interceptó unos mensajes de correo electrónico donde los científicos de la Unidad de Investigación del Clima (CRU, por sus siglas en inglés), comentaban de modo coloquial algunas cuestiones referentes a la investigación sobre el cambio climático y que daban la sensación de ser una manipulación de los datos para hacer creer al mundo que el calentamiento global era cierto. Aquello le costó el cargo incluso al propio director del CRU, Phil Jones, que se vio obligado a dimitir.
El escándalo recorrió como un tsunami todo el planeta y la credibilidad de los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU quedó muy deteriorada. Alegaron que se trataba de comentarios sacados de contexto y que los estudios estaban correctamente realizados, pero la duda ya estaba sembrada. El descrédito y la desconfianza generada sería difícil de erradicar hasta que no se demostrara de manera fehaciente que los datos no estaban inflados artificialmente y que los científicos habían hecho su trabajo honestamente.
El gobierno de Reino Unido reaccionó y dispuso una comisión parlamentaria que estudió el asunto y negó que hubiera tal manipulación. Pero fue ayer, cuando un grupo científico internacional creado por la universidad y la Royal Society, concluyó: "no hay evidencia de mala práctica científica deliberada" en la CRU de East Anglia. El informe que niega la manipulación de datos ha sido elaborado por 6 expertos designados por la Real Sociedad de Ciencias Británica y liderado por el antiguo rector del Imperial College de Londres (Reino Unido), lord Ronald Oxburgh. Se centraron en investigar exhaustivamente los estudios científicos publicados por la CRU durante más de 20 años en dos frentes: la interpretación de la evolución de los anillos de los árboles y su evolución con el clima y los estudios de temperatura a nivel mundial y la reconstrucción de siglos.
El informe concluye que "el trabajo se ha llevado con integridad y las acusaciones de distorsión deliberada no son válidas. Los científicos de la CRU fueron capaces de dar respuestas convincentes a nuestras preguntas detalladas sobre la elección de datos, su manejo y la metodología estadística" y termina: "Los pecados de la CRU son más por omisión que por comisión". Sin embargo, los investigadores si reconocen una cierta subjetividad sobre la metodología de los científicos para reconstruir la temperatura mundial ya que no existen registros de muchas partes del mundo. También admiten que en relación con la interpretación de los anillos de los árboles que “los métodos utilizados puede que no fueran los más adecuados" pero aseguran que no fueron inapropiados. Además, se muestran muy sorprendidos que hubiera tan pocos estadísticos involucrados en la unidad pero ese tampoco es un hecho que condicione taxativamente la honestidad de la investigación del CRU.
El informe considera que los métodos usados para calcular la evolución de la temperatura mundial son "justos y satisfactorios" y añade que los investigadores miraban sus datos de forma "objetiva y desapasionada" aunque tuvieran procedimientos internos "informales". En definitiva, que la investigación, la segunda de las tres que han puesto en marcha para resolver la polémica, asegura que «no hay absolutamente ninguna evidencia de cualquier aspecto impropio u otra cuestión», según Lord Oxburgh. El escándalo tan sólo fue una exageración de comentarios coloquiales sacados de contexto y algunas pequeñas omisiones que no perjudican ni condicionan el resultado final de las investigaciones del CRU.¿Que lo podrían haber hecho mejor? SI. ¿Que el estudio estaba manipulado a propósito para exagerar el calentamiento global? NO. Estas son, en resumen, las conclusiones del estudio.
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