Algunos investigadores dicen que si estas buscando una técnica rápida para mejorar tu memoria, mover tus ojos de lado a lado por 30 segundos, puede ayudarte.
Se cree que el movimiento horizontal de los ojos provoca que los dos hemisferios del cerebro interactúen más entre si, logrando una comunicación relevante a la hora de recuperar ciertos tipos de memoria.Stephen Christman, un psicólogo de la Universidad de Toledo, realizó una investigación al descubrir que los movimientos de los ojos hacia la izquierda activan el hemisferio derecho del cerebro, y los movimientos hacia la derecha activan el hemisferio izquierdo. Por ende, Christman pensó que el movimiento horizontal de los ojos podría mejorar la memoria al ayudar a los hemisferios a interactuar.Para Andrew Parker y sus colegas de la Universidad Metropolitana de Manchester en Inglaterra, hacía falta investigar si esta técnica permitía también reconocer la fuente de las palabras. La gente tiende a cometer errores al recordar, denominados errores de monitoreo de fuentes. Esto ocurre cuando se reconocen las palabras pero se atribuye su familiaridad a la fuente incorrecta; es decir, la persona cree que acaba de leer ciertas palabras cuando en realidad las ha escuchado en una conversación en la mañana de ese día. Parker hace notar que vincular el movimiento del ojo a la memoria, todavía es algo especulativo y que se necesita más investigación para entender el cómo y el por qué. Parte de su investigación se basó en una prueba realizada con 102 estudiantes universitarios. En esta prueba, se presentaba a los sujetos una grabación de una voz masculina leyendo en voz alta 20 listas de 15 palabras. Algunas de las listas se inclinaban a una palabra señuelo que nunca era pronunciada. Por ejemplo, los sujetos podían haber oído palabras como hilo, ojo, coser y afilado. Estas palabras convergían alrededor de la palabra “aguja”, aunque la palabra en sí nunca fuera pronunciada.Después de escuchar todas las listas, un tercio de los sujetos realizaron un movimiento de ojos de lado a lado por 30 segundos. Otro tercio realizó movimientos de ojos hacia arriba y abajo, y el tercio final no hizo nada. Luego, se les dio una lista de palabras y se les pidió que eligieran aquellas que habían escuchado en la grabación. Se comprobó que muchos de los estudiantes reconocían las palabras señuelo nunca pronunciadas; cometían errores de monitoreo de fuente porque no podían distinguir haber escuchado las palabras de haberlas pensado ellos mismos. Los investigadores encontraron que las personas que realizaron el movimiento horizontal de los ojos, recordaron correctamente un 10% más de palabras que el resto y reconocieron un 15% menos de palabras señuelo que las personas que realizaron un movimiento vertical de ojos o ningún movimiento en absoluto.Nada se pierde con hacer la prueba. La próxima vez que pierdas las llaves de tu casa, los anteojos o tu taza de café, prueba mover los ojos hacia los lados por 30 segundos, a ver si eso ayuda.
jueves, febrero 04, 2010
miércoles, febrero 03, 2010
La música desarrolla el cerebro de los niños.
Un experimento prueba el efecto del aprendizaje musical sobre el córtex cerebral de los niños pequeños. Posee un efecto positivo sobre la memoria y la atención
El experimento, desarrollado por psicólogos canadienses, ha comprobado que la enseñanza musical acelera el desarrollo del córtex cerebral de los niños. Asimismo, se encontraron evidencias firmes de la mejora en la memoria y la atención de los más pequeños. Esto facilita el aprendizaje, la lectura, la escritura y las matemáticas. Todo esto mejora su capacidad de ubicarse en un entorno y su coeficiente intelectual. El estudio fue desarrollado por psicólogos de la Universidad McMaster de Canadá, y publicados en la revista especializada “Brain”. Los investigadores hicieron un seguimiento de dos años a dos grupos de niños de edades entre los cuatro y seis años. El primer grupo recibió durante un año enseñanzas musicales extraescolares mientras que el segundo no recibió enseñanza musical alguna.Durante el año que duró el experimento, los investigadores chequearon a los niños cuatro veces. El chequeo consistía en medir la actividad de su cerebro a través de la técnica conocida como magnetoencefalografía, mientras los niños escuchaban música.Los niños completaron, entre otros test, una prueba de memoria en la cual tenían que escuchar series de números, recordarlas, y luego repetirlas.Los niños del primer grupo alcanzaron una capacidad de memorización más importante que los del segundo, incluso desde la primera evaluación, ocurrida a los cuatro meses de iniciado el experimento.
El experimento, desarrollado por psicólogos canadienses, ha comprobado que la enseñanza musical acelera el desarrollo del córtex cerebral de los niños. Asimismo, se encontraron evidencias firmes de la mejora en la memoria y la atención de los más pequeños. Esto facilita el aprendizaje, la lectura, la escritura y las matemáticas. Todo esto mejora su capacidad de ubicarse en un entorno y su coeficiente intelectual. El estudio fue desarrollado por psicólogos de la Universidad McMaster de Canadá, y publicados en la revista especializada “Brain”. Los investigadores hicieron un seguimiento de dos años a dos grupos de niños de edades entre los cuatro y seis años. El primer grupo recibió durante un año enseñanzas musicales extraescolares mientras que el segundo no recibió enseñanza musical alguna.Durante el año que duró el experimento, los investigadores chequearon a los niños cuatro veces. El chequeo consistía en medir la actividad de su cerebro a través de la técnica conocida como magnetoencefalografía, mientras los niños escuchaban música.Los niños completaron, entre otros test, una prueba de memoria en la cual tenían que escuchar series de números, recordarlas, y luego repetirlas.Los niños del primer grupo alcanzaron una capacidad de memorización más importante que los del segundo, incluso desde la primera evaluación, ocurrida a los cuatro meses de iniciado el experimento.
martes, febrero 02, 2010
Los bebés aprenden los números antes que el habla
Un paper de reciente publicación demuestra que los bebés pueden tener nociones de números y objetos a edades tan tempranas como 4 meses y medio. Esto es mucho tiempo antes de lo que hasta ahora se pensaba, antes de siquiera dar sus primeras palabras o poder comprender de que se trata.
Desde siempre se ha intentado conocer el pensamiento o “proceso de consciencia” que se lleva a cabo en la mente de los bebés, algo que se ha podido lograr a medias. Es que el hecho de que no puedan hablar unido a su dispersión (falta de atención o concentración en una actividad) vuelve difícil cualquier tipo de estudio.
Sin embargo un paper de reciente publicación en el sitio web de Pubic Library of Science, y realizado por tres científicos de la Universidad de París, ha determinado que los bebés son conscientes a edades muy tempranas respecto a los números o objetos.
En concreto lo que han determinado es que los bebés pueden saber si el número de ítems de un determinado objeto ha cambiado, aún cuando les sea difícil comprender de que objeto se trata. Desde luego tampoco tienen noción del número ya que no saben contar y por lo tanto no comprenden si hay 4 o 5 ositos de peluche, pero si les muestran una cantidad de ositos y luego se quita o agrega uno ellos podrán percibir el cambio.
Y, más interesante aún, si se agrega un elemento distinto (5 ositos y se agrega un patito) los bebés son capaces de reconocer que ha aumentado el número y que hay un objeto distinto.
Esto ha sido comprobado mediante estudios de la actividad neuronal de los bebitos, que muestran además que estos son capaces de comprobar casi de inmediato estos cambios. Gracias al estudio queda claro que enseñarles los números a los niños a tan corta edad sería mucho más productivo que intentar que hablen, y les daría interesantes formas de comunicación e interacción.
Otra conclusión del estudio, muy interesante por cierto y que es extensiva no solo a los bebés sino a personas de todas las edades, dice que al mirar un grupo de objetos de un determinado tipo una parte del cerebro identifica la cantidad mientras que otra es la que identifica el tipo de objeto, algo que hasta ahora se pensaba responsabilidad solo del hemisferio derecho del cerebro.
Desde siempre se ha intentado conocer el pensamiento o “proceso de consciencia” que se lleva a cabo en la mente de los bebés, algo que se ha podido lograr a medias. Es que el hecho de que no puedan hablar unido a su dispersión (falta de atención o concentración en una actividad) vuelve difícil cualquier tipo de estudio.
Sin embargo un paper de reciente publicación en el sitio web de Pubic Library of Science, y realizado por tres científicos de la Universidad de París, ha determinado que los bebés son conscientes a edades muy tempranas respecto a los números o objetos.
En concreto lo que han determinado es que los bebés pueden saber si el número de ítems de un determinado objeto ha cambiado, aún cuando les sea difícil comprender de que objeto se trata. Desde luego tampoco tienen noción del número ya que no saben contar y por lo tanto no comprenden si hay 4 o 5 ositos de peluche, pero si les muestran una cantidad de ositos y luego se quita o agrega uno ellos podrán percibir el cambio.
Y, más interesante aún, si se agrega un elemento distinto (5 ositos y se agrega un patito) los bebés son capaces de reconocer que ha aumentado el número y que hay un objeto distinto.
Esto ha sido comprobado mediante estudios de la actividad neuronal de los bebitos, que muestran además que estos son capaces de comprobar casi de inmediato estos cambios. Gracias al estudio queda claro que enseñarles los números a los niños a tan corta edad sería mucho más productivo que intentar que hablen, y les daría interesantes formas de comunicación e interacción.
Otra conclusión del estudio, muy interesante por cierto y que es extensiva no solo a los bebés sino a personas de todas las edades, dice que al mirar un grupo de objetos de un determinado tipo una parte del cerebro identifica la cantidad mientras que otra es la que identifica el tipo de objeto, algo que hasta ahora se pensaba responsabilidad solo del hemisferio derecho del cerebro.
lunes, febrero 01, 2010
Sí hay pruebas de que causamos el calentamiento
Como ocurre en muchos otros temas, los científicos tienen opiniones encontradas sobre el verdadero origen del calentamiento global. Todo el tiempo aparecen pruebas que demuestran que tal o cual proceso es el responsable de que nuestro planeta esté destinado a convertirse en un gigantesco baño sauna. El último round de esta “pelea” ha sido ganado por los científicos de la University of East Anglia, que han publicado en la edición online de Nature Geoscience de esta semana un artículo que seguramente será recogido por los diarios de todo el mundo.Si bien se habían observado a lo largo de las últimas décadas aumentos de temperaturas en el Ártico y la Antártida, no habíamos sido capaces de atribuirlas con seguridad a la influencia humana. En gran medida, esto se debe a la carencia de datos recogidos in situ, algo bastante razonable si se tienen en cuenta las condiciones reinantes en esos lugares. Esta falta de información concluyente había llevado al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en ingles) a la conclusión de que la Antártida era el único continente en el que los cambios de temperatura (inducidos por la actividad humana) aún no se habían detectado.
Ahora, una actualización de los datos referidos a las temperaturas de la superficie terrestre y las simulaciones de cuatro nuevos modelos climáticos, demuestran sin dudas que las temperaturas en ambas regiones polares aumentan, y que sus variaciones no son coherentes con los vaivenes naturales del clima. Según los científicos, estos cambios son directamente atribuibles a la influencia humana.
Esto nos plantea un dilema: ¿a quién debemos creerle? Es decir, si ambos equipos de trabajo se basan en datos aparentemente irrefutables, pero opuestos, hay algo que se debe estar interpretando mal. En realidad, es muy posible que tanto la gente del MIT, que atribuye una parte del calentamiento global al aumento del metano, como los de East Anglia, que atribuyen el calentamiento de la Antártida a la actividad humana, tengan razón. Seguramente, el metano aporta un granito de arena a los gases que los humanos liberamos a la atmósfera, y juntos provocan los aumentos de temperatura que se registran en todo el planeta, polos incluidos.En definitiva, de eso se trata la ciencia. Recoger pruebas, elaborar hipótesis, y luego ver si esas teorías se sostienen cuando aparecen nuevos datos. Si seguimos en esta senda, podremos determinar exactamente qué hacer para mantener nuestro planeta saludable (y, por lógica, a nosotros mismos).
Ahora, una actualización de los datos referidos a las temperaturas de la superficie terrestre y las simulaciones de cuatro nuevos modelos climáticos, demuestran sin dudas que las temperaturas en ambas regiones polares aumentan, y que sus variaciones no son coherentes con los vaivenes naturales del clima. Según los científicos, estos cambios son directamente atribuibles a la influencia humana.
Esto nos plantea un dilema: ¿a quién debemos creerle? Es decir, si ambos equipos de trabajo se basan en datos aparentemente irrefutables, pero opuestos, hay algo que se debe estar interpretando mal. En realidad, es muy posible que tanto la gente del MIT, que atribuye una parte del calentamiento global al aumento del metano, como los de East Anglia, que atribuyen el calentamiento de la Antártida a la actividad humana, tengan razón. Seguramente, el metano aporta un granito de arena a los gases que los humanos liberamos a la atmósfera, y juntos provocan los aumentos de temperatura que se registran en todo el planeta, polos incluidos.En definitiva, de eso se trata la ciencia. Recoger pruebas, elaborar hipótesis, y luego ver si esas teorías se sostienen cuando aparecen nuevos datos. Si seguimos en esta senda, podremos determinar exactamente qué hacer para mantener nuestro planeta saludable (y, por lógica, a nosotros mismos).
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