sábado, febrero 03, 2007

El hobbit, nueva especie de hombre

...Mas pruebas de que la Evolucion Humana, no es como la pintan...


Fue encontrado hace 4 años en una isla de Indonesia. Inicialmente se pensó que era un hombre moderno con una combinación de baja estatura y microcefalia. Sin embargo, un nuevo estudio prueba que se trata de una nueva especie: el homo floresiensis. El cráneo tenía el tamaño de un pomelo y la estatura media era de 1,05 metros. Vivía de la caza de animales y sabía hacer fuego. Además, caminaba erecto, como el hombre actual. Y convivía en una misteriosa isla con animales pequeños y gigantes

Sólo bastó una imagen tridimencional virtual del cerebro de un humanoide de baja estatura para disparar una nueva tesis que revolucionó al mundo científico. Se trata de un esqueleto descubierto en 2003 en Indonesia que, a partir de los nuevos estudios, refuerza la controvertida tesis de que se trataría de una especie humana diferente.
El estudio acaba de publicarse en la revista científica Proceedings of the National Academy of Science. Allí, un equipo de antropólogos de la universidad del Estado de Florida dirigido por Dean Falk reconstruyó con la ayuda de una computadora el interior de una caja craneana virtual a partir de diez cráneos humanos normales y de otros diez pertenecientes a personas que padecían microcefalia.
Luego recrearon el interior de la caja craneana de un enano y la del Homo floresiensis -hallado en la isla indonesia de Flores-, más comúnmente llamado hobbit, en referencia a los personajes de J. R. Tolkien, el autor de El Señor de los Anillos.
Las diferentes imágenes virtuales en tres dimensiones permitieron clasificar mejor y medir los efectos de la microcefalia sobre el tamaño y la forma del cerebro. Aunque el cerebro del enano fue clasificado como el de un sujeto que sufría microcefalia - enfer- medad que se caracteriza por un cerebro pequeño y una discapacidad cognitiva-, el del hobbit presentaba “todas las características estructurales cerebrales de un cerebro humano normal”, concluyeron los investigadores.
“Esto tiende a confirmar la tesis de que el Homo floresiensis sería una especie humana diferente del hombre moderno”, destacaron los investigadores. El esqueleto de este humanoide descubierto en 2003 en las capas de sedimento del interior de una caverna en la isla de Flores medía 1,06 metros. Su antigüedad fue calculada en 18.000 años.
Tras el hallazgo del hobbit, hace cuatro años, el equipo de Falk confirmó que se trataba de una mujer en edad adulta, de caminar erecto como el humano actual. Ese homínido, utilizaba herramientas y aprendió a dominar el fuego, habían difundido en la revista de ciencia Nature.
Este descubrimiento causó mucho alboroto, ya que se pensaba que después de la extinción del hombre de Neanderthal, hace unos 30.000 años, el Homo sapiens era la única especie humana que había sobrevivido.
Paraíso perdido
El Homo floresiensis o Hombre de Flores es considerada una especie extraordinaria por el pequeño tamaño de su cuerpo y su cerebro, y por su reciente supervivencia, pues se cree que fue contemporánea con los humanos modernos (Homo sapiens) en la remota isla indonesia de Flores.
La isla de Flores fue descrita como “una especie de mundo perdido”, donde animales arcaicos, largamente extintos en el resto del mundo, habían evolucionado a formas gigantes y enanas. La isla tenía elefantes enanos (una especie de Stegodon) y lagartos gigantes similares al dragón de Komodo, así como el Homo floresiensis, que puede ser considerado una especie de humano enano.
La Isla de Flores es una de las islas menores de la Sonda, un archipiélago que se extiende de este a oeste desde la isla de Java en Indonesia. Es uno de los pocos lugares, junto con la isla de Komodo, donde se puede encontrar el dragón de Komodo en estado natural. Antiguamente, este gran lagarto se alimentaba de elefantes enanos del género Stegodon y ratas gigantes que se extinguieron poco después de la llegada del hombre a la isla.
El hombre introdujo búfalos, ciervos, jabalíes y monos que se asilvestraron y son cazados por los dragones de Komodo. Abundan también las aves, los murciélagos, las serpientes y los anfibios.


Física básica: ¿cómo romper la simetría de las moléculas?

Un experimento español usando el acelerador de partículas sincrotrón de la universidad de Berkeley (EEUU) logró demostrar cómo puede romperse la simetría de las moléculas, algo de gran trascendencia para la Física básica aunque “sin repercusión aparente” en la vida cotidiana, según sus autores.
“No tiene un efecto ni inmediato, ni en lo visible, pero se trata del estudio del comportamiento de la materia de la que están hechas las partículas elementales, es decir, lo que rige las leyes de la naturaleza”, explicó Fernando Martín, catedrático de la universidad Autónoma de Madrid y director del trabajo, que hoy publicará la revista Science.
Martín y su estudiante de doctorado Jorge Fernández demostraron teóricamente hace tres años que las moléculas bombardeadas con luz ultravioleta pierden su simetría, es decir, es distinta la izquierda de la derecha, con lo que se podría mandar “una información hacia un lado y otra distinta hacia el otro”.
Todas las leyes que controlan el movimiento de las partículas obedecen a las leyes de la simetría, “y nada sería posible en el mundo si no existiera, porque es en ellas en las que se fundamentan todos los fenómenos físicos, químicos y biológicos que se observan”, detalló el director del estudio.
Desde entonces, Martín y Fernández siguieron probando y analizando si su predicción teórica era una realidad o no, y “convencieron” a diecisiete colegas en Berkeley para que, utilizando el sincrotrón de esa universidad, comprobaran si era cierto que las moléculas perdían su simetría en determinadas condiciones.
Ese sincrotrón, que financia el instituto Max Planck de Alemania y el departamento de Energía de Estados Unidos, es un acelerador de electrones de 300 metros de perímetro que funciona como un microscopio gigante y permite alcanzar velocidades cercanas a la luz para descubrir los secretos de átomos y moléculas.
Han sido dos años de trabajo en Berkeley, bajo la dirección de Martín, y se han invertido “muchos millones de euros” en el experimento, en el que se ha consumido “una gran cantidad de energía”, explicó el investigador español.
“Mediante detectores muy complicados y muy sensibles y bombardeando moléculas de hidrógeno, han conseguido ver la rotura de simetría que nosotros predijimos”, añadió Martín.
La teoría del trabajo se ha hecho utilizando superordena- dores de la universidad Autónoma de Madrid y del centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España.


Las dos corrientes y la reapertura del yacimiento

Richard Roberts, de la universidad de Wollongong (Australia) y codescubridor de los restos en Indonesia, denominó la tesis del Homo floresiensis como “una especie diferente”.
Otros antropólogos consideraron, tras examinar el cráneo, que se trataba simplemente de un pigmeo afectado de microcefalia. Este es el caso del profesor Robert Martin, de Chicago, coautor de un estudio publicado en la revista Science en 2006, quien estimaba que este cerebro era demasiado pequeño para pertenecer a una nueva especie humana.
Los estudios realizados en Florida por el equipo del profesor Falk abundan en la tesis mayoritaria entre los paleoantropólogos, la del hombre de Flores como otra especie del género Homo, diferente al humano moderno.
Las investigaciones de campo en el yacimiento de Liang Bua (en Indonesia), paralizadas desde 2005, serán reabiertas este año, por lo que el hallazgo de nuevos cráneos podrían zanjar esta polémica. La iniciativa de los investigadores es continuar con el aporte de datos que permitan oficializar la presencia esta nueva especie en el mundo.
El Homo floresiensis es tan diferente en forma a otros miembros del género Homo que obliga al reconocimiento de una posible nueva e inimaginable variabilidad en ese grupo, y reafirma una tendencia intelectual lejana a la idea de la evolución lineal.
Sin duda este descubrimiento además recrudece el debate sobre los modelos africano y multirregional de la especiación de los humanos modernos.
Los descubridores del Homo floresiensis esperan poder encontrar los restos de otra especie igualmente divergente en otras islas aisladas del sudeste asiático; y creen que es posible que alguna estas especies perdidas pudiera hallarse aún viva en algún rincón inexplorado de la jungla.

No hay comentarios.: